La creación de cárceles especiales para violadores de derechos humanos fue permitida por la politización del cargo de director nacional de Gendarmería. Así lo denunciaron dirigentes del organismo, al pedir al gobierno que sea un funcionario de carrera quien asuma el liderazgo del sistema penitenciario.

Un reconocimiento unánime a la decisión del gobierno de cerrar el penal Cordillera hicieron desde Concepción los dirigentes de Gendarmería y el senador Alejandro Navarro.

Sin embargo, tras una reunión de los funcionarios con el parlamentario del MAS llamaron al Presidente Sebastián Piñera a dar curso a las demandas pendientes sobre el funcionamiento del organismo penitenciario.

Así lo expresó en primer término el senador Navarro.

Y es que si bien hoy hay un uniformado al frente de Gendarmería, el Ejecutivo impulsa un proyecto de ley para que el cargo de director nacional del organismo sea nombrado a través del sistema de Alta Dirección Pública, lo que para el presidente de Oficiales Penitenciarios, Mario Palavecinos, es una contradicción.

Los dirigentes justamente atribuyen a que personas ligadas a la Concertación hayan sido directores de Gendarmería el que se permitiera la apertura de Punta Peuco y Cordillera. Así lo dijo el presidente de los gendarmes, Oscar Ulloa.

Sólo el nombramiento de un funcionario de carrera, subrayaron los dirigentes de las distintas asociaciones de Gendarmería, llevará a que el próximo paso sea cerrar Punta Peuco y mejorar la situación del resto de las cárceles chilenas.