Atemorizados y cansados dicen estar un grupo de al menos 22 familias de Forrahue, ante la presencia de una jauría que mantiene una propietaria del sector, pues actualmente ya suman al menos 40 perros que estarían matando por años los animales que los vecinos crían para poder generar ingresos, contabilizándose a la fecha más de 300 ejemplares de distintas razas.

Javier Nilian Nilian, uno de los afectados y quien se encuentra oficiando de voceros y coordinador de las gestiones, explicó a Radio Bío Bío que como vecinos han intentado dialogar con los dueños de los perros, pero ellos nada han hecho por llegar a un acuerdo, pese a estar al tanto de que sus animales están matando el ganado de los vecinos para poder alimentarse.

Nilian señaló que tras realizar un pequeño catastro de sus pérdidas, entre los vecinos afectados lograron contabilizar al menos 200 cabezas de ganado ovino sin considerar vacunos, chivos, cerdos, aves y otros, lo que les causaría estragos económicos al ser la crianza de animales su sustento.

A lo anterior se suma el temor que causa el que los animales estén semi asilvestrados, por lo que podrían perfectamente atacar a cualquier persona, incluso a menores.

Aprovechando la instancia, Nilian emplazó a todos los organismos competentes en el área, como lo es la autoridad sanitaria, la protectora de animales y el municipio local para fiscalizar la situación, ya que dijo la ley es clara y por familia sólo se puede tener un número reducido de perros.

Criticó además la labor de los organismos protectores de animales que parecieran velar sólo por los perros y obviar el sufrimiento de los demás animales que mueren en las fauces de los perros.

Guido Martínez, otro de los vecinos afectados se sumó al reclamo, asegurando que ha perdido sobre 40 animales.

El vocero indicó que la denuncia ya fue estampada ante Carabineros y la Autoridad Sanitaria, siendo éste último organismo el que esperan se constituya en el lugar y verifique la jauría con la que diariamente tienen que convivir.

Por lo anterior, pidió que se investigue en terreno, ya que estiman que el actuar de los perros tiene que ver por las malas condiciones en las que se encuentran y el hambre que sienten al no tener otro tipo de alimentos.