Un equipo multidisciplinario integrado por buzos de Carabineros y de la PDI, más el apoyo de perros adiestrados, desde este miércoles y hasta el viernes efectuarán una operación rastrillo por toda la zona que bordea la casa del joven Juan Ignacio Grez Fuentes, de 17 años, desaparecido en extrañas circunstancias hace ya tres semanas.

Este operativo incluye el Río Claro, que pasa a sólo metros de su casa y donde, según las diligencias realizadas por ambas policías, se presume se habría caído a las aguas de este afluente.

El trabajo de inteligencia que se ha ejecutado desde el primer día que se realizó la denuncia de una presunta desgracia, se ha concentrado en ir descartando cada una de las hipótesis planteadas por sus más cercanos, incluyendo diversas aristas, siendo la caída al río la que más tiene sentido para los equipos investigativos, sin descartarse cualquier otra hipótesis.

El trabajo en terreno, principalmente en el sector rural de Itahue, comuna de Molina, donde se sumó un helicóptero de Carabineros hace una semana, esta vez se concentra principalmente en el barrido del río, logrando para ello el cierre de sus compuertas lo que ha permitido que éste baje su caudal.

“Se ha hecho un trabajo bastante arduo y extenso de ambas policías. Se ha trabajado de una forma muy coordinada y con bastante esmero por parte de las policías en el sentido de trabajar en el lugar, de venir al río, de utilizar perros y de desplegar todos los recursos que se tienen hasta este momento para dar un término feliz con la búsqueda de este menor”, afirmó la fiscal jefe de Molina, Mónica Barrientos, que la mañana del martes, luego de encabezar un reunión de coordinación con los 30 funcionarios que trabajan en la búsqueda, se dirigió a los diversos sitios del suceso, donde se intensificarán las labores durante los próximos días.

La madre del joven conoció de parte de la propia fiscal Barrientos las acciones de búsqueda y el grupo familiar se encuentra bajo a atención de la Unidad de Víctimas y Testigos de la Fiscalía Regional del Maule, con el fin de recibir apoyo psicológico y social.

Sin embargo, las críticas de la progenitora no se hicieron esperar por la tardanza en traer a la zona los equipos especializados de las policías para el rastreo de las aguas del caudal del Río Claro. “Acá se perdió tiempo muy preciado para nosotros, aquí no se perdió un auto, se perdió una vida”, señaló una desesperada Marcela Fuentes.

La madre del adolescente perdido insistió en que el joven no está en el río. “Como familia siempre hemos sostenido que hay terceras personas involucradas. A mi hijo lo sacaron de acá, alguien conocido y bajo engaño”, apuntó.

Por ahora, los equipos investigadores extenderán la re-búsqueda en una extensión de unos 40 kilómetros por el Río Claro, hasta llegar al balneario del mismo nombre en la ciudad de Talca, a objeto encontrar alguna pista que permita ubicar a este adolescente.