El ministro en visita de la Corte de Apelaciones de La Serena, Jaime Franco, acogió a trámite la querella interpuesta por la familia Monroy- Rodríguez en contra del ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, por secuestro y tortura durante el periodo de la dictadura militar. Una de las presuntas víctimas de Cheyre, Yelena Monroy, espera que el renunciado presidente del Servicio Electoral, pague con cárcel el daño causado.

A dos semanas de haber presentado la querella por secuestro y tortura contra el ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, en 1973, la acción judicial fue acogida a trámite durante esta jornada por la Corte de Apelaciones de La Serena.

La querella fue acogida por el ministro en visita del tribunal de alzada de la región de Coquimbo, Jaime Franco, quien abrió una investigación en contra del renunciado presidente del Servicio Electoral, por su presunta participación en el secuestro y torturas que acusó la familia Monroy- Rodríguez, delito que incluye a tres menores de edad en ese entonces.

Una de ellas, Yelena Monroy, confía en las diligencias que solicitó la justicia, las que consisten en tomar testimonio a las tres víctimas; realizar pericias psicológicas, luego de la presunta tortura; además de una orden de investigar a la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones.

En ese sentido, Yelena Monroy, espera que Cheyre pague con cárcel el daño que denunciaron como familia, al recordar que cuando eran niñas, fueron llevadas a una cárcel de mujeres junto a su madre, Elena Rodríguez, quien fue militante del Partido Socialista y posteriormente detenida por los militares.

Recordemos que el mes pasado, Cheyre renunció a la presidencia del Consejo directivo del Servicio Electoral al haber admitido que durante el régimen militar entregó a un convento al hijo de una pareja asesinada por militares.

En esa ocasión, dirigentes del Movimiento del Socialismo Allendista, presentaron una querella por el delito de omisión de denuncia de funcionario público, respecto al caso Lejderman, convirtiéndose en la primera querella en su contra.