El papa Francisco instó a los gobiernos a dotarse de “normas” para proteger a los inmigrantes, que “no son peones del ajedrez de la humanidad”, indicó el Vaticano.

En un mensaje, enviado con ocasión de la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado, que se celebra el 19 de enero, Francisco denunció a “los medios de comunicación” como “responsables en buena parte” de la aceleración de la globalización y los invitó a dar una “información correcta”.

El papa recordó que el inmigrante suele ser una persona “llena de esperanza y confianza”, que desea como todo hombre y mujer, “ser” algo más.

La realidad de las migraciones exige “una cooperación internacional”, con “la adopción, por parte de todos, de instrumentos normativos que protejan y promuevan a la persona humana”, escribió.

En vez de levantar “barreras insuperables”, los gobiernos deben buscar “una buena sinergia para encarar los desequilibrios socio-económicos y una globalización sin reglas”, recalcó.

“Ningún país puede enfrentar solo las dificultades conectadas con ese fenómeno”, advirtió.

El papa argentino denunció también la condición del inmigrante, el cual suele ser víctima de la “trata de personas” y su trabajo “reducido a la esclavitud”, dijo.

“El trabajo esclavizado es moneda corriente hoy en día”, denunció.

El papa argentino, hijo de inmigrantes italianos, decidió realizar su primera visita dentro de Italia en julio pasado a la isla de Lampedusa, puerta de entrada a Europa de miles de inmigrantes ilegales que sueñan una vida mejor.

Al presentar a la prensa el mensaje papal, el cardenal Antonio Maria Vegliò, indicó que cerca de mil millones de seres humanos han vivido la experiencia de la migración.

Según las estadísticas de Naciones Unidas, 232 millones de persona viven fuera de su país, de los cuales 740 millones son migrantes internos.