Un sacerdote católico argentino condenado a 15 años de prisión por pedofilia no podrá ejercer su ministerio y su caso fue remitido al Vaticano para una investigación, informó el martes el Obispado de Morón, en la periferia oeste de la ciudad de Buenos Aires.

Julio César Grassi, de 57 años, quien se encontraba en libertad provisional desde 2009 luego de ser condenado en tres instancias por abuso sexual agravado contra menores, fue detenido el lunes por orden de un tribunal para que cumpla una condena de 15 años de prisión dictada hace cuatro años.

“El obispado de Morón, conforme a derecho, le aplicó la medida disciplinaria de la prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal, hasta tanto se resuelva definitivamente esta situación”, indicó el martes un comunicado de la diócesis.

Agregó que “una investigación e informe de todo el proceso y actuación del Padre Grassi fueron elevados a la Santa Sede”.

Esta es la primera vez que la autoridad eclesiástica reacciona ante el caso, pese a que Grassi fue condenado en tres instancias judiciales y ahora el único recurso que le queda es apelar a la Corte Suprema de Justicia.

El papa argentino Francisco, quien se mostró firme ante las múltiples denuncias de pedofilia contra sacerdotes, fue el arzobispo de Buenos Aires durante todo el proceso judicial que terminó con la condena de Grassi.

El escándalo surgió en octubre de 2002 cuando un joven de 19 años relató en un programa de televisión cómo había sido abusado por el sacerdote cuando tenía 15 años y vivía en la Fundación Felices los Niños, de la que Grassi era responsable.

Pese a la decisión de prohibirle ejercer su ministerio, el Obispado de Morón insistió en respaldarlo.

Para la diócesis, con el “seguimiento de los acontecimientos y contando con el asesoramiento de estudiosos especializados, se desprenden dudas acerca de la culpabilidad” de Grassi.

“Antes de dar una opinión al respecto, (el Obispado) decide esperar a que haya una sentencia firme, para dar inicio a los procesos canónicos correspondientes”, señaló el comunicado.

Desde 2002, en Argentina fueron condenados por pedofilia con penas de ocho a 24 años de prisión cuatro sacerdotes, mientras que dos obispos renunciaron al verse envueltos en escándalos sexuales.