Los alemanes comenzaron a votar este domingo por la mañana en las elecciones legislativas que mantendrían a Angela Merkel al frente del gobierno de Alemania, pero cuyos resultados podrían obligarla a gobernar con sus adversarios socialdemócratas.

Los colegios electorales abrieron a las 06:00 horas GMT en todo el país y cerrarán a las 16:00 horas GMT. Las primeras estimaciones se darán a conocer desde ese momento.

“Rara vez en la historia de la República Federal de Alemania, el resultado de las elecciones legislativas estuvo tan abierto como esta vez”, publicó el sábado el diario muniqués Süddeutsche Zeitung,

“Todo depende de vuestro voto”, titulaba este domingo el berlinés Tagesspiegel.

Los últimos sondeos confirmaron que la canciller conservadora, la persona preferida de los alemanes especialmente por su gestión de la crisis del euro, debería obtener la confianza de los ciudadanos para un tercer mandato de cuatro años al frente de la primera economía europea, tras una campaña que estuvo completamente centrada en su persona.

Angela Merkel, de 59 años, es la mujer más poderosa del mundo, título que le concedió la revista Forbes en siete ocasiones. Ninguno de sus homólogos en España, Francia, Italia o Reino Unido logró ser reelegido desde el comienzo de la crisis financiera.

Sin embargo, los casi 62 millones de alemanes llamados a votar podrían castigar al gobierno saliente con una derrota del FDP, los aliados liberales de Merkel, lo que impediría que se mantuviera la actual coalición.

¿Los anti-euro en el parlamento?

La canciller podría entonces verse obligada a gobernar junto al Partido Socialdemócrata (SPD) de su rival Peer Steinbrück, como ya ocurrió durante su primer mandato (2005-2009).

Algunos analistas contemplan una entrada en el parlamento del nuevo partido anti-euro, “Alternativa para Alemania” (AFD), lo que enviaría una señal preocupante del ascenso del populismo en un país exasperado por los planes de rescate a los países del sur de Europa.

El último sondeo el Instituo Emnis publicado este domingo en el diario Bild am Sonntag, otorga a los conservadores de Angela Merkel (CDU y el partido bávaro CSU) un 39% de los votos y al partido liberal FDP un 6%, es decir, en total un 45% que no les garantizaría la mayoría.

La oposición socialdemócrata con el 26% y sus tradicionales aliados, los Verdes, con el 9%, no tienen prácticamente ninguna esperanza de formar una coalición.

Ambas formaciones se niegan a aliarse con la izquierda radical Die Linke que también conseguiría un 9%.

Por su parte, con solo el 4%, el partido anti-euro no superaría el umbral necesario del 5% para estar representado en el Bundestag (Parlamento federal). Pero los encuestadores no excluyen un porcentaje superior.

Al frente del país más poblado de Europa, Merkel, cariñosamente apodada “Mutti” (mamá) en su partido, hizo una campaña basada en su popularidad personal y su balance.

“¡Ustedes saben quién soy yo! Ustedes me conocen, juntos hemos conseguido hacer que en 2013 haya un gran número de personas que están mejor que en 2009″, resaltó subrayando el descenso del paro en Alemania hasta únicamente el 6,8% de la población activa.

Su principal adversario, Peer Steinbrück, atacó su balance en materia social. Alemania es uno de los países de Europa con los salarios más bajos.

Este economista de 66 años será recordado sobre todo por una foto, portada de una revista, en la que hacía un gesto obsceno con el dedo.

Este gesto se produjo tras toda una serie de meteduras de pata y polémicas que impidieron al exministro de Finanzas de Merkel entre los años 2005 y 2009 defender el programa de su partido, considerado como el más a la izquierda desde hace mucho tiempo.

Steinbrück se comprometió a instaurar un salario mínimo generalizado de 8,50 euros la hora a partir de febrero de 2014.

“¡Está entre sus manos! ¡Por favor, vayan a votar! Somos el partido que quiere colmar las carencias” sociales, afirmó Steinbrü