Un estudio de 3 años a cargo del Instituto Forestal, concluyó que las barreras vegetales son indispensables para mitigar los efectos de un tsunami.

Los muros naturales disminuirían hasta en un 50% la fuerza del mar en caso de maremoto. Se espera que a partir de este trabajo se presenten políticas públicas financiadas por el Gobierno para prevenir consecuencias como las de 2010.

Las barreras vegetales mitigan los efectos de tsunami en el borde costero, así lo demostró un proyecto del Instituto Forestal, órgano dependiente del Ministerio de Agricultura, que se desarrolló en las costas de la séptima y octava regiones.

Durante tres años recopilaron información que les permite hoy confirmar la importancia de que se levanten muros naturales que frenen la potencia del mar en caso de catástrofe natural.

El director del Instituto Foresta (INFOR), Hans Grosse, cuestionó la falta de programas especialmente orientados a detener el poder destructor de una ola sobre propiedades, obras civiles y vidas humanas, así como la instalación de más y más proyectos inmobiliarios en zonas costeras. Grosse dice que transcurridos 3 años, no comprende como aún no se hace algo para prevenir estos inevitables efectos.

El seremi de Agricultura del Bío Bío, José Manuel Rebolledo, valoró la contribución de este estudio. Su llamado, además de invertir en estas medidas de bajo costo y eficiencia, fue a las municipalidades y las comunidades, porque a su juicio, de ahí parte también el interés por defender el borde costero, sostuvo.

En Talcahuano y dos playas de Arauco se comenzaron a implementar las primeras barreras naturales. Entre las especies que se podrían usar se encuentran el pino marítimo, la casuarina, el ciprés toruloza, el ciprés macrocarpa, y los aromos australianos y nacionales.