Miembro del grupo de la nueva generación de cantantes. Natalia Contesse es tan activa en la interpretación como en la composición y la investigación desde la raíz afro y la fusión latinoamericana. Debuta sábado 14 en el Teatro del Lago de Frutillar, como parte del Festival Latinoamericano con su mejor repertorio y acompañada de sus talentosos músicos.

Posee un espíritu explorador que la ha llevado a viajar por distintos lugares de Chile y América descubriendo la cultura a través de la música, la gente, sus creencias y cosmovisiones.

Investigadora inagotable, defensora del agua y apasionada de la vida, Natalia Contesse posee un fuerte arraigo a la tierra y un espíritu explorador que la ha llevado a viajar por distintos lugares de Chile y América, descubriendo la cultura a través de la música, la gente, sus creencias y cosmovisiones.

Participó en varias agrupaciones como Los Obreros Del Ritmo, Venaraíz y Detucunaatutumba. En esta última (2004-2006), interpretaban la música tradicional de distintos lugares del mundo, recolectando instrumentos, buscando el origen de la música y el espíritu de los territorios. “Hicimos música de África, India, Mongolia, América… pero me comenzó a surgir la necesidad de conocer lo que estaba pasando acá, me sentía mal de estar tocando música de otros lugares sin siquiera saber que hay en nuestra tradición, explica Natalia.

En 2006 se forma el grupo Venaraíz y Natalia Contesse comienza de manera muy intuitiva a componer canciones, “…con aires de Música Chilena”. En 2007, fue invitada con este proyecto, a ser los anfitriones en la Feria Internacional del Libro de Bolivia donde Chile era el invitado de honor. Durante doce noches, Natalia fue la cara visible de la carpa de los poetas chilenos, tocando sus composiciones, canciones de Violeta Parra y leyendo obras de los poetas más importantes del país. “Después de este viaje, volví a Chile para profundizar en nuestra música, me compré un tañador, un pandero, un pañuelo, me fui a bailar cuecas a diferentes lugares… Comencé a investigarla y a sentirla intensamente”, enfatiza.

Incentivada por estudiar la música tradicional chilena, conoció a Margot Loyola. Después de su primer encuentro de cuatro horas de conversación, Natalia decidió comenzar un profundo trabajo en torno a la Tonada, saber más acerca de la labor de la cantora campesina: la trilogía mujer, canto y guitarra. Paralelamente, en Concepción, conoció a Patricia Chavarría (directora del Archivo de Cultura Tradicional de Artistas del Acero), gran investigadora, quien la contactó con varias cantoras y le enseñó sobre la guitarra campesina. También se acercó a don Alfonso Rubio, con quien aprendió la décima. “Me empapé, por un lado, de la cueca urbana, por otro, del Canto a lo Poeta a través de Alfonso Rubio y finalmente de la Tonada y la Cueca, a través de la cantoras campesinas, de la señora Margot y de la señora Patricia. A partir de todo esto, comencé a crear y componer”.

Basado en dos temáticas principales, el disco Puñado De Tierra, habla sobre el amor imposible, lo que no pudo ser. El primer single “Ay Que Sí, Ay Que No” es una fotografía a la incapacidad de una mujer de estar con la persona que ama. “Es tan grande lo que siente que no puede ser indiferente, entonces realiza un entierro: se va de la ciudad hacia el campo, entierra unas piedras, hace un fuego… porque las cosas no se acaban y hay que aprender a transformarla, para que den vida en otros lados, a otra gente”, explica Natalia.

También le canta al agua como en “Décimas Al Agua”: “Es una plegaria, cada vez que la canto tengo presente que es una petición de que hay agua para siete generaciones más”, explica. La compuso para un concierto organizado en 2009 el año internacional del agua, donde varios músicos se inspiraron en este escaso mineral. Una décima de esta canción: “El agua no tiene bandos / Brillan sus miles de versos, con o tal vez sin esfuerzo / La vida va levantando. El copihue está rezando / Con el rojo de las sangres, Ha guardado en sus estambres / El arte y sus recorridos, por eso al agua le pido / Que sacie todas las hambres”.

En “Aysén Y Arauco” Natalia canta una historia contada por la señora Patricia Chavarría, sucede en la llamada ‘ruta de la madera’. Señoras Rosas como la de la letra hay muchas, es una realidad que está pasando, dice Natalia. “Están inundando Aysén y secando Arauco / A la señora Rosa la están matando / Por no querer vender / Su pedazo de tierra / En silencio le están haciendo la guerra / Por no querer dejar esa montaña / Y la rodearon de pino / Quedó sin igual / Los pinos le secaron toda la chacra / Muertos sus animales, muertas las plantas”.
‘Puñado De Tierra´ es el resultado de una investigación constante en torno a la música de nuestra tradición, basada en la tonada, la cueca y las décimas. “Siento que en esta parte de Sudamérica, la tierra y el viento cantan a través de la tonada, la cueca, por eso creo que hago esta música, porque cuando voy al campo, ando caminando por ahí, me vienen estas melodías. En el fondo siento que en el lenguaje de nuestra tierra, habitan estos géneros musicales” señaló.

En ella, participan los músicos Javier Cornejo en arreglos musicales, piano y violín, Claudio Alarcón en guitarra y voz, Nicolas Ríos en percusión y Rodrigo Espinoza en contrabajo.