Los estadounidenses conmemoraron el miércoles con discretas ceremonias en Nueva York y Washington el 12º aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que costaron la vida a unas 3.000 personas, bajo la sombra de una nueva intervención militar en Siria.

En Nueva York, la ceremonia se llevaba a cabo por segundo año en el National September 11 Memorial Plaza, inaugurado en 2011 en el lugar donde se levantaban las Torres Gemelas del World Trade Center (WTC), que cayeron luego de que dos aviones de línea secuestrados por terroristas se estrellasen contra ellas.

Familiares de las víctimas se dieron cita en el predio arbolado en el sur de Manhattan, donde se construyeron dos enormes piletones negros en los cimientos de las torres, para la ceremonia que comenzó poco antes de las 08:46 locales, momento del primero de los seis minutos de silencio previstos en el día.

En una mañana soleada y muy calurosa, los familiares de las víctimas leían en orden alfabético los nombres de las personas fallecidas en los ataques de 2001, así como de los seis muertos en el atentado contra el WTC en 1993, tal como viene ocurriendo desde el primer aniversario de los ataques.

En Washington, el presidente Barack Obama, el vicepresidente Joe Biden y sus esposas observaron un momento de silencio en la Casa Blanca. Obama tenía previsto hablar más tarde en el Pentágono, donde se estrelló otro de los cuatro aviones secuestrados por miembros de la red terrorista Al Qaida.

El cuarto avión había caído cerca del pueblo de Shanksville, en Pennsylvania, luego de que pasajeros y la tripulación se rebelasen contra los secuestradores.

El nuevo aniversario de los atentados tiene lugar en momentos en que Obama analiza la posibilidad de intervenir militarmente contra el régimen sirio, en represalia por un ataque químico el 21 de agosto en Damasco que habría matado a más de 1.400 personas.

Los ataques del 11-S provocaron la invasión de Afganistán por parte de una coalición liderada por Estados Unidos para desalojar al régimen talibán, que había ofrecido santuario al líder de Al Qaida, Osama bin Laden.

Dos años más tarde, en 2003, los estadounidenses lanzaron otra guerra contra Irak, acusando al por entonces presidente de ese país Sadam Hussein de ocultar armas de destrucción masiva.

Bin Laden fue eliminado por fuerzas especiales estadounidenses en una operación secreta en mayo de 2011 en Pakistán.