El Poder Judicial reconoció ser partícipe en las violaciones a los derechos humanos ocurridas en la dictadura que encabezó el general Augusto Pinochet.

En un hecho inédito en la historia nacional, los miembros de la Corte Suprema confesaron que sus antecesores no cumplieron con su deber de impartir justicia. Acompañado por todos sus colegas, el presidente de la Corte Suprema, Rubén Ballesteros, leyó el acuerdo que significa una nueva página en la historia judicial y del país.Los alcances de este pronunciamiento en el comentario de Erik López.