El ministro egipcio del Interior, Mohamed Ibrahim, salió ileso de un atentado en El Cairo, el primero de este tipo en muchos años.

El ministro advirtió pocas horas después del atentado sobre el peligro de “una oleada de terrorismo” en Egipto, que sufre un engranaje de violencia mortífera desde la destitución y la detención de Mursi por el ejército el 3 de julio.

El ataque tuvo lugar cerca del domicilio del ministro. Dos horas después de la explosión, Ibrahim denunció en la televisión estatal un “intento de asesinato cobarde” en un ataque que destruyó “cuatro vehículos” de su convoy y dejó “numerosos heridos” entre sus guardaespaldas. Según Interior, 10 policías y 11 civiles resultaron heridos.

Esta escalada, estimó Ibrahim, era “previsible”. “Previne que con la dispersión (de las concentraciones pro-Mursi en El Cairo) que habría una oleada de terrorismo”, estimó ante la prensa.