La presidente brasileña, Dilma Rousseff, afirmó el viernes que su homólogo estadounidense, Barack Obama, se comprometió a dar una respuesta antes del miércoles sobre las denuncias de espionaje en el gigante sudamericano, según un comunicado publicado en el blog de la Presidencia.

“El presidente Obama me declaró que asumía la responsabilidad directa y personal por el esclarecimento completo de los hechos y que propondría a Brasil medidas para resolver el problema”, dijo Rousseff a periodistas en San Petersburgo, citada por el blog de la Presidencia.

“Delante de mi escepticismo debido a la falta de resultados del encuentro entre el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, y el vicepresidente (Joseph) Biden, ocurrido la semana pasada (en Washington), el presidente Obama me reiteró que él asumía la responsabilidad directa y personal tanto para la investigación de las denuncias como para ofrecer las medidas que el gobierno brasileño considerase adecuadas”, añadió.

Rousseff aseveró asimismo que las denuncias de espionaje son incompatibles con la convivencia democrática entre países amigos.

El canciller brasileño Luiz Alberto Figueiredo se reunirá el miércoles próximo con la consejera de Seguridad Nacional estadounidense, Susan Rice, para dialogar sobre el asunto, informó la Presidencia.

El encuentro tendrá lugar en Estados Unidos, probablemente en Nueva York, informó a la AFP un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Rousseff también indicó que propondrá una nueva gobernanza contra la invasión de privacidad durante la Asamblea General de la ONU el 24 de setiembre en Nueva York, según la Presidencia.

Obama y Rousseff se reunieron en la noche del jueves al margen de la cumbre del G20 para dialogar sobre las denuncias de que las comunicaciones de la presidente brasileña, de varios de sus asesores y de millones de ciudadanos brasileños han sido espiadas por Estados Unidos, lo que ha tensado las relaciones bilaterales.

A falta de respuesta a las denuncias de espionaje, Rousseff decidió el jueves aplazar el viaje que una comitiva debía hacer este sábado a Washington para preparar su visita de Estado fijada hace meses para el 23 de octubre.

Rousseff también indicó que su viaje a Washington depende de las “condiciones políticas” que sean creadas por el presidente Obama.

“Quiero saber todo lo que hay sobre Brasil, todo lo que se hace con Brasil”, señaló la mandataria a la prensa, según el portal del diario O Estado de Sao Paulo.

Brasil ha calificado el presunto espionaje estadounidense de “inadmisible e inaceptable” y ha pedido a Washington una explicación formal y por escrito.

El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), padrino político de Rousseff, clasificó como graves las denuncias de espionaje y afirmó que Obama debe pedir disculpas.

“La respuesta estadounidense no puede ser vía diplomacia, porque el espionaje no fue vía diplomacia. Corresponde a Obama, humildemente, pedir disculpas a la presidenta Dilma y a Brasil”, dijo Lula el jueves, tras un almuerzo en Sao Paulo con diputados de su Partido de los Trabajadores (PT, en el poder), según O Estado de Sao Paulo.

Las denuncias de espionaje contra Rousseff y también contra el presidente mexicano Enrique Peña Nieto fueron divulgadas por el canal brasileño Globo, que se basó en documentos filtrados por el excontratista de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA, por sus siglas en inglés) Edward Snowden, acusado de espionaje por su país y asilado en Rusia.

Peña Nieto informó este viernes que sostuvo un encuentro con Obama en el marco de la cumbre del G20 y que éste reafirmó su compromiso de investigar las revelaciones de espionaje estadounidense -mientras era candidato a las elecciones presidenciales de 2012- para no perjudicar la relación bilateral.

Según las denuncias realizadas a partir de documentos filtrados por Snowden al periodista Glenn Greenwald, columnista del diario británico The Guardian basado en Rio de Janeiro, una base de espionaje de la NSA funcionó en Brasilia al menos hasta 2002, y también fueron espiados otros países de la región, entre ellos México, Venezuela, Argentina, Colombia y Ecuador.