El presidente colombiano Juan Manuel Santos cambió este jueves a cinco de sus más importantes ministros, cuando atraviesa uno de los peores momentos de su gobierno, sacudido por la conflictividad social y a pocos meses de definir si irá a la reelección en 2014.

De los 16 ministros, Santos cambió a los responsables de las carteras de Interior, Justicia, Agricultura, Minas y Energía, y Medio Ambiente.

En una alocución al país desde la sede presidencial Casa de Nariño, Santos, que desde 2012 lleva a cabo en La Habana un diálogo con la guerrilla FARC, definió al nuevo gabinete como de “unidad para la paz”.

En la cartera del Interior nombró a Aurelio Irragorri, quien ha venido adelantando negociaciones con los campesinos que durante tres semanas protestaron con bloqueos a las principales carreteras en el centro del país, especialmente cultivadores de papa, cebolla y hortalizas, y productores de leche.

En el ministerio de Justicia colocó al exfiscal y exprocurador general Alfonso Gómez.

Frente al despacho de Agricultura designó a Rubén Darío Lizarralde, a quien definió como “la mejor garantía para liderar el Pacto Agrario, que parte de un nuevo modelo de desarrollo fundado en el apoyo a nuestros campesinos y pequeños agricultores y a la competitividad del sector agrícola”.

Santos subrayó que al nuevo ministro “le corresponderá igualmente poner en marcha las reformas que ya hemos acordado en (el proceso de paz de) La Habana en materia de desarrollo rural”, el único punto sobre el que se ha llegado a un consenso hasta ahora.

En la cartera de Minas y Energía nombró al experto petrolero Amilkar Acosta, en tanto que en Medio Ambiente colocó a Luz Elena Samiento.

Los restantes ministros fueron ratificados en sus cargos.

En su declaración, Santos destacó que “no vivimos momentos fáciles. Tenemos retos que debemos afrontar con decisión y contundencia”.

“Debemos aprender de las lecciones que nos dejan los acontecimientos de las últimas semanas”, dijo, en alusión a las intensas protestas de campesinos, pequeños mineros y camioneros, sectores con los que se esfuerza por llegar a acuerdos definitivos.

“Debemos ser un gobierno cercano al ciudadano, cercano a las comunidades, cercano a las regiones, capaz de oír y anticipar”, insistió.

Santos gobierna apoyado en una amplia alianza de centro-derecha, a la que únicamente le hace oposición el izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA).

El presidente atraviesa por el momento más difícil de su gobierno (2010-2014), con una imagen desfavorable del 72%, según un sondeo de la firma Gallup publicado el miércoles.

Las manifestaciones campesinas, que bloquearon gran cantidad de vías del país hasta la semana pasada y dificultaron durante varios días la llegada de alimentos y otros bienes esenciales a Bogotá, aún se mantienen en algunas regiones, aunque han amainado.

El pasado viernes, el gobierno alcanzó acuerdos parciales con campesinos de tres regiones de Colombia, que permitieron la reapertura de muchas vías que se encontraban cortadas.

Los campesinos reclaman auxilios financieros a su actividad, ante la entrada de importaciones a través de tratados de libre comercio, especialmente con Estados Unidos.

El gobierno de Santos también llegó a un acuerdo con cerca de 50.000 camioneros que habían paralizado sus actividades en protesta por los elevados precios de los combustibles, y con pequeños mineros que exigen su formalización.

Santos debe definir a más tardar en noviembre si optará por un nuevo periodo presidencial, hasta 2018.

El gobernante se ha propuesto lograr hacia fines de este año un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, con las que adelanta conversaciones desde noviembre pasado para poner fin al conflicto armado de casi medio siglo en este país.