Ministros de los países vecinos de Siria hicieron la tarde de este miércoles desde Ginebra un llamado a la comunidad internacional a que los apoyen con una ayuda de urgencia al desarrollo, entre otras cosas para escuelas e infraestructuras.

En un momento en que el número de refugiados sirios alcanzó los dos millones y supone cada vez más presión para estos países, el Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (ACNUR), António Gut erres, reunió al ministro de Asuntos Sociales libanés, Wael Abu Faur, y a los ministros de Relaciones Exteriores de Jordania, Naser Judeh, de Turquía, Ahmet Davutoglu, y de Irak, Hoshyar Zebari.

“Nos enfrentamos a la escalada dramática del conflicto sirio, a saber la utilización de armas químicas. (…) Todas las acciones que generan flujos de refugiados deben cesar. Una solución política para detener este ciclo del horror es necesario urgentemente”, dijeron en una declaración conjunta.

“No hay solución humanitaria a la crisis siria, hay necesidad de una solución política que ponga fin a la crisis humanitaria”, añadió.

“No sabemos realmente qué hacer, necesitamos ayuda”, declaró a la prensa el ministro libanés.

“Necesitamos una toma de conciencia mundial sobre la crisis de refugiados”, declaró por su parte el jefe de la diplomacia turca, Davutoglu, quien señaló la necesidad de elaborar un “plan de acción”.

Para Guterres, estos países necesitan una “ayuda estructural”. “Estos países necesitan un apoyo masivo de la comunidad internacional y este apoyo todavía no está aquí, este apoyo les falta”, explicó.

La reunión de ministros en Ginebra abrió la vía a un debate ministerial de alto nivel previsto el 30 de septiembre en el marco de la reunión anual del Comité Ejecutivo del ACNUR.

Unos 720.000 refugiados sirios viven en Líbano, 520.000 en Jordania, 464.000 en en Turquía y 200.000 en Irak.

Los altos representantes de los cuatro países vecinos de Siria confirmaron el miércoles que mantendrán las fronteras abiertas para los refugiados sirios por motivos humanitarios.