Francia busca aliados para llevar a cabo una operación militar occidental en Siria, mientras dentro del país el Parlamento francés debate el miércoles sobre la pertinencia de tal intervención.

Dado que tal intervención suscita reticencias e incluso franca oposición en el tablero político francés, un respaldo de sus pares europeos facilitaría al gobierno del presidente socialista François Hollande sus esfuerzos para lograr adhesión en el plano interno.

París, que apuesta por un voto del Congreso norteamericano al respecto alrededor del 12 de septiembre, realiza desde el comienzo de la semana una ofensiva diplomática respecto a los otros países europeos, en su mayoría opuestos a la posición francesa, y dispone de diez días para convencerlos de que le aporten un apoyo político a falta de apoyo militar.

“Europa debe reunirse sobre este tema. Y lo hará, cada cual con su responsabilidad”, afirmó el martes el presidente francés François Hollande. Pero, hasta el presente, Francia aparece bastante aislada.

Alemania descarta toda participación en un eventual ataque a Siria en represalia por la utilización de armas químicas de que es acusado el régimen de Damasco.

Gran Bretaña cambió de posición tras el voto negativo de su Parlamento, decisión inmediatamente saludada por Bélgica, pese a que este país es uno de los aliados tradicionales de Francia.

España remite al papel de las Naciones Unidas e Italia se opone a una acción sin la autorización de la ONU, y ésta no es posible salvo que Rusia modifique radicalmente su posición de apoyo a Damasco.

Desde el comienzo de esta semana, el ejecutivo francés multiplica los contactos con los otros países europeos y con la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, “para tener una decisión de los 28 si posible”, según una fuente diplomática.

“París desearía una declaración de respaldo político de los europeos, a falta de apoyo operacional. Les pedimos que no ayuden de ser posible, pero al menos que no nos impidan actuar con una declaración de tipo ‘no a una intervención sin autorización del Consejo de Seguridad”, recalca esa fuente.

Entre los 28, son pocos los que apoyan “sin ambigüedades” una intervención en Siria incluso sin mandato de la ONU, entre ellos Croacia, Dinamarca, Grecia, Letonia, Rumania y Chipre, según colaboradores del canciller francés Laurent Fabius.

En Francia un debate sin votación, por ahora

Dentro del país, el debate parlamentario sobre Siria se iniciará el miércoles por la tarde con la intervención ante los diputados del primer ministro Jean-Marc Ayrault, que repetirá a la posición francesa: reunir una coalición internacional a fin de “castigar” al régimen del presidente Bashar al Asad por la utilización de armas químicas.

Tras ello tendrán la palabra las distintas bancadas parlamentarias.

El principal partido de la oposición de derecha, la UMP, considera que la intervención sólo puede tener lugar con dos condiciones: “la publicación del informe de los expertos de la ONU” sobre la utilización de armas químicas y “una base jurídica sólida” es decir “una resolución de las Naciones Unidas”, indicó el martes el jefe de la bancada de diputados UMP, Christian Jacob.

Si tal no es el caso, la UMP exigirá una votación en el Parlamento francés, que no tendrá lugar este miércoles y a la que la Constitución no obliga, pero que el gobierno no descarta en una próxima sesión.

El presidente del partido centrista UDI, Jean-Louis Borloo, fue uno de los primeros en considerar indispensable tal votación parlamentaria en caso de intervención sin luz verde de la ONU.

Por su parte, el Frente Nacional (extrema derecha) se opone tajantemente a toda intervención, y su dirigente Marine Le Pen manifestó incluso la sospecha de que el gobierno “construye pruebas”.

En la izquierda radical, el Partido de Izquierda y el Partido Comunista son también contrarios a una intervención y estiman evidente la necesidad de la autorización del Parlamento a tal operación.

Incluso en la mayoría gubernamental, los ecologistas, aliados de los socialistas, reclaman también una votación, aunque no se oponen necesariamente a una intervención.