Estados Unidos está construyendo una coalición internacional para llevar a cabo un ataque contra Siria, luego de que el Gobierno obtuviese el apoyo de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Flanqueado este paso, la Cámara Alta debatirá la medida el próximo lunes.

“Estamos construyendo (una coalición) con otros países, entre ellos los de la Liga Árabe”, afirmó el secretario de Estado, John Kerry, que defendió ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes el proyecto del presidente Barack Obama de “castigar” el régimen de Bashar al Asad por haber perpetrado una “masacre” con armas químicas el 21 de agosto.

“Hay países que han manifestado su voluntad de actuar”, aseveró Kerry, quien citó como ejemplo a Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Catar, Turquía y Francia.

El gobierno estadounidense no quiere implicarse militarmente en el terreno en Siria, pero quiere “degradar” su arsenal químico y “disuadir” al régimen de volver a utilizarlo como hace dos semanas cuando, según Washington, 1.429 personas fallecieron en un ataque con gas neurotóxico en las afueras de Damasco.

Kerry repitió al menos diez veces ante la comisión de la Cámara baja que ningún país enviará “tropas al terreno” y tampoco se implicará en “la guerra civil” siria.

Estados Unidos ha desplazado hasta ahora al oriente del Mediterráneo cuatro destructores que están preparados para disparar misiles de crucero Tomahawk. Aunque la Armada no ha revelado cuántos misiles tiene cada buque, los analistas calculan que almacenan unos 45.

Además, ha ordenado al portaaviones “USS Nimitz”, actualmente en el Océano Índico, a dirigirse al Mar Rojo junto con su escolta compuesta por cuatro destructores, que pueden doblar las reservas de Tomahawk.

Por otra parte, la discusión en el Congreso estadounidense para decidir si se llevará a cabo la intervención militar avanza sin muchos obstáculos de momento, pese a que tanto senadores demócratas como republicanos se han opuesto al ataque.

El Congreso estadounidense retomará el debate el lunes 9 de septiembre, comenzando por la discusión en el Senado, que está compuesto mayoritariamente por demócratas.