Tras el revuelo por la petición de perdón del senador Hernán Larraín por los atropellos a los Derechos Humanos durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, el diputado Iván Moreira remarcó que él no tiene por qué tomar el mismo camino, descartando de plano el pedir una disculpa.

El legislador aseguró que no tiene las manos machadas con sangre. Además señaló que el tema se ha transformado, finalmente, en un botín político para la Concertación.

El candidato a senador por la región de Los Lagos enfatizó en que las declaraciones del senador Hernán Larraín son a título personal y que muestran una posición personal sobre la materia, la que, sin embargo, no puede ser exigida al resto de los integrantes de la colectividad, ni menos a la candidata presidencial Evelyn Matthei.

Moreira sostuvo que los llamados a pedir perdón son una demostración de que el tema de los Derechos Humanos no es más que un botín electoral de la Concertación y de la izquierda, que pretende mantener las heridas abiertas, remarcó.

No obstante, indicó que el hecho de no pedir perdón no significa que justifique el atropello a los Derechos Humanos durante la dictadura militar, enfatizando en que es, más bien, una respuesta a las intenciones de la izquierda de sacar dividendos políticos, pues, al mismo tiempo, nada dicen respecto a la muerte de personal de fuerzas armadas durante el periodo en cuestión.

Respecto a la polémica por las intenciones de cambiar de nombre de la Avenida Fuchslocher por el de Salvador Allende, Moreira comentó que podría seguirse el mismo camino con el nombre de Augusto Pinochet.

Finalmente, el candidato a senador reiteró que comprende el dolor de las familias de Detenidos Desaparecidos, asesinados y todos aquellos que fueron víctimas de la dictadura, asegurando que Augusto Pinochet tiene que ver con el legado que dejó en materia de desarrollo, el mismo que utilizó durante 20 años la Concertación mientras fue Gobierno.