El Reloj de Flores de Viña del Mar, conocido como uno de los íconos turísticos más importantes de la zona central, entró en su segunda fase de modernización, la que contempla el cambio de las manecillas y la instalación de un sistema automático de programación horaria.

Según consignó la alcaldesa de la ciudad jardín, Virginia Reginatto, el reloj será dotado de un nueva maquinaria, además de un nuevo sistema que aportará música a cada cambio de hora del emblemático símbolo viñamarino.

Las obras de modernización implican una inversión cercana a los 24 millones de pesos y se encuentran a cargo de una empresa mexicana especialista en la materia. El actual mecanismo tiene una antigüedad aproximada de 10 años.