¿Cuando debo comenzar a hablar de sexualidad con mis hijos? Ésta es una interrogante que la mayoría de los padres se han formulado mientras sus hijos están creciendo.

Y es que es un tema difícil de abordar para los adultos, porque frecuentemente complejizan las simples preguntas que les hacen sus niños.

Ante esto, los especialistas recomiendan ser transparentes y directos en las respuestas, además de entregar la información que corresponde a cada etapa de desarrollo.

Las dimensiones de la sexualidad

La psicóloga infanto – juvenil de la Universidad del Desarrollo, Alejandra Alarcón, explicó que se debe comenzar a hablar de sexualidad con los niños desde el momento en que éstos preguntan las primeras dudas sobre su cuerpo.

Sin embargo, precisó que sexualidad no es lo mismo que relaciones sexuales, por lo que muchos adultos postergan el tema, debido a que creen que las dudas de sus hijos apuntan a este último tema.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud en 2006 definió el concepto de sexualidad humana como: “Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre”.

La profesional agregó que los niños son curiosos por naturaleza y desde muy pequeños comienzan a explorar su cuerpo. Por lo tanto, lo mejor es darles la mejor acogida a estas preguntas y generar así un espacio de confianza entre padres e hijos.

Enfatizó que si los padres mienten o entregan información errónea pueden aumentar la curiosidad en torno al tema, generar morbo o incluso promover la desconfianza y la búsqueda de respuestas en las personas menos indicadas, o a través de otros medios como internet.

Al respecto, el ginecólogo de la Clínica Las Condes, Pedro Daza Narboe, coincidió con lo expuesto por la psicóloga acerca de que el ser humano es un ser sexual, y la forma de relacionarse con sus pares, es a través de la sexualidad.

Respecto a la edad en que los padres deben conversar sobre este tema con sus hijos, Daza precisó que las conversaciones “deben comenzar desde que las personas nacen”. Explicó que tanto las caricias propiciadas en los primeros años y las enseñanzas acerca de las conductas que deben tener las niñas y niños ante ciertas situaciones, constituyen ámbitos de la sexualidad.

El especialista precisó que este concepto abarca tanto la salud sexual como la salud reproductiva. Es sólo esta última la que se relaciona con la procreación. Sin embargo, tienden a confundirse porque son temas afectados por “dogmas, mitos y falsas creencias”.

La sexualidad en las etapas de desarrollo

Para conversar con los niños las distintas dimensiones de la sexualidad, la psicóloga Alejandra Alarcón explicó que los adultos deben considerar la edad y el grado de entendimiento de los niños sobre este tema. Además de dar una respuesta concreta a la pregunta y asegurarse de que el menor comprende lo que se le está enseñando.

Explicó que desde los primeros meses de vida la sexualidad debe ser vista como algo natural y los padres pueden abordarlo enseñándole las distintas partes de su cuerpo y el nombre de sus genitales. Es importante que los hijos aprendan los nombres correctos de sus órganos, por ejemplo no decir “pirulín” y aclarar que su nombre es “pene”.

Alrededor de los 2 a 3 años a los niños les gusta tocar, por lo cual es una buena etapa para abordar los límites entre lo público y lo privado, cuáles son sus partes íntimas, el cuidado y protección de éstas, así como la desnudez. De esta forma son instauradas las primeras estrategias de autocuidado..

Luego, alrededor de los 4 años el interés radica en el área biológica. Por ejemplo, por qué existen diferencias entre el cuerpo de hombres y mujeres, o de dónde vienen los bebés y cómo éstos nacen. Ante esto, la profesional recomendó preguntar a los niños sobre qué diferencias ven con sus pares o qué piensan sobre su cuerpo.

Luego, desde los 4 a los 6 años, los menores están en plena etapa de exploración de su cuerpo y el mundo que los rodea. Por lo tanto, es probable que la masturbación aparezca como un tema que preocupe a sus padres. En este sentido, la psicóloga explicó que los padres deben aceptarlo como una conducta transitoria y natural de su etapa de desarrollo. Sólo así será vivido sin angustia.

Además los adultos deben reforzar el autocuidado, recordándole a los niños que ninguna otra persona puede tocar sus partes íntimas.

¿Cómo nacen los bebés? La respuesta a la clásica pregunta que los padres evitan

Respecto a la pregunta sobre cómo son concebidos los bebés, la psicóloga precisó que lo importante es dar una respuesta sencilla y en palabras simples para que ellos puedan entenderlas. Por ejemplo, que la mamá en su cuerpo tiene un lugar especial donde se forman y crecen los bebés.

Si ellos insistente piden mas información, se puede complementar explicando que cuando los papás quieren tener un bebe, juntan sus cuerpos y a través de sus órganos genitales el padre produce un espera que se encuentra con una semilla que posee la mamá. Cuando éstos se unen comienza a crecer un feto en la “guatita” de la mujer. Luego de esperarlo 9 meses, el bebé nace a través de la vagina de la mamá con la ayuda de un médico.

Enfatizó que es importante contarles que es una instancia en la que los padres se entregan ternura y cariño, y que también es una forma de expresar su amor.

Preocupaciones en la pubertad y adolescencia

A medida de que los niños crecen tienen mayor noción sobre este tema. Por lo tanto, los padres pueden profundizar en aspectos más íntimos de la sexualidad e incorporar afecto y respeto por el otro.

Alejandra Alarcón agregó que es importante ayudarlos a entender los cambios que experimentará su cuerpo. Por ejemplo, el crecimiento de los senos y la menstruación en las niñas; así como la erección y eyaculación en los niños.

La profesional explicó que es fundamental que el padre y la madre conversen de este tema con los niños. Es una falsa creencia que es un asunto padre-hijo o madre-hija. Si ambos se muestran abiertos y preocupados del tema, la sexualidad podrá ser vista como un proceso positivo y natural.

Respecto a la edad en que los padres e instituciones escolares deben entregar información sobre métodos anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual, el ginecólogo Pedro Daza enfatizó que debe comenzar a los 10 años.

Agregó que esta información debe ser abierta y abordar temas como el acto sexual, uso de preservativos, las enfermedades que pueden ser contraídas, lo que significa un orgasmo y el papel del amor en esta temática.

La primera cita con el ginecólogo

Daza también explicó que los padres y adolescentes deben estar atentos a algunas señales que podrían alertar sobre la necesidad de asistir al ginecólogo. Por ejemplo, cuando existe una alteración en el desarrollo biológico de la persona que no está acorde con su edad. Por ejemplo, niñas con crecimiento precoz de sus mamas.

Otros casos como menstruaciones muy dolorosas, sobrepeso y exceso de vellosidad en las mujeres son también indicios de que se debe ir al médico para descartar algunas enfermedades como el Síndrome de Ovario Poliquístico.

El diagnóstico de estos padecimientos es posible a través de chequeos biológicos y enseñanzas acerca de hábitos para combatir dichos problemas en el futuro.

Respecto a si los ginecólogos deben informar a los padres cuando sus hijos asisten en búsqueda de anticonceptivos sin el consentimiento de éstos, el especialista explicó que no existe un consenso acerca del actuar de los profesionales.

El ginecólogo indicó que prima el derecho a la confidencialidad entre el médico y el paciente. En su opinión los adolescentes son autónomos respecto a su sexualidad, por lo tanto, por tratarse de un proceso íntimo deben acudir cuando ellos estimen conveniente al médico, y obtener así la información que requieran para tomar sus decisiones. De esta manera tendrán una salud reproductiva y sexual estable.

Sin embargo, enfatizó que este criterio puede cambiar caso a caso. Por ejemplo, si una adolescente de 14 años presenta tendencia suicida producto de una experiencia traumática tras una relación sexual, el médico debe intervenir y conversar con sus padres. Es decir, cada vez que la vida del paciente o de otras personas estén en peligro.

Ante esta problemática, el abogado César Espinoza explicó que en el sistema público los médicos deben seguir las políticas de salud instauradas a nivel nacional, por lo que deben entregar anticonceptivos a menores de edad si éstos lo solicitan. Sin embargo, en el ámbito de la salud privada esto queda a criterio del médico que los atiende.