Para vivir esta experiencia es necesario ser mayor de 15 años y no tener problemas de salud. “Impactante, desconcertante, bella”, han sido algunos calificativos del público al visitar la muestra.

Más de 10 mil personas ya han visitado escultura, que cuelga frente al Bellas Artes, realizada por los artistas Bustamante y Thiermann, junto a la empresa KRAH

Una interesante experiencia multisensorial que dura aproximadamente diez minutos, es la que viven las personas que por estos días visitan el Museo Nacional de Bellas Artes que en su frontis exhibe una interesante mega escultura de 18 metros y 12 toneladas de peso. Se trata de la obra Dinámicas del vacío, del artista sonoro Ariel Bustamante y el arquitecto Alfredo Thiermann. La obra fue realizada tras una residencia en la Antártica, y es un proyecto de colaboración entre los artistas y la innovadora empresa KRAH Piping Solutions –proveedores de tubos de alta tecnología para transporte de fluidos—que brindó apoyo logístico y material, además de asesoría técnica, trabajando a la par con ellos. Se trata de un inédito intercambio entre arte y tecnología, donde se realizan mutuos traspasos de creatividad, conocimientos, recursos y tecnología.

Desde su inauguración hace poco más de dos semanas la obra ha suscitado el interés y curiosidad no sólo de las personas que visitan el museo, sino también quienes transitan por las inmediaciones del recinto.

Un experiencia inédita es la que se vive al ingresar a la esta gran estructura construida a partir de 3 tubos estructurados (tecnología KRAH) de polietileno de alta densidad que forma una pieza de 18 metros de largo y 3 de diámetro. Este enorme bloque tubular de color negro pende de finos tensores metálicos que no superan los 6 mm de espesor. La escultura está equipada con dispositivos de sonido distribuidos a lo largo de toda la superficie interior: los parlantes quedan ocultos entre las capas de aislación para no ser vistos, solo escuchados. El objeto crea un ambiente acústicamente artificial y hermético, aislado del sonido y la luz exterior. Los espectadores (de 10 a 20 personas) ingresan y una puerta se cierra. La experiencia acústica, visual y física dura del orden de 7 a 10 minutos, resultando memorable para quienes la viven.

Se trata de un proyecto ambicioso y desafiante, pues implicó investigar y desarrollar nuevas tecnologías y mecanismos, tanto para la empresa como para los artistas. Uno de los rasgos notables fue elevar sobre el aire tubos de transporte de fluidos que se instalan generalmente ocultos bajo tierra en las faenas industriales para soportar fuertes cargas dinámicas, generando una imagen totalmente ajena a su función básica. Otro desafío fue pasar del transporte de fluidos al de sonidos, demostrando, de ese modo, el potencial para imaginar y crear nuevos usos a partir de un producto determinado.

La obra consiste en una original estructura de tubos estructurados de polietileno que está suspendida en el aire. Tiene 18 metros de largo y pesa 12 toneladas. Las personas pueden ingresar a ella para vivir una inédita experiencia sonora, visual y táctil, que las transportará a un imaginario desconocido y aislado completamente del entorno urbano. El proyecto se gestó a partir de una investigación realizada por el arquitecto Alfredo Thiermann y el artista sonoro Ariel Bustamante en la Antártica durante 2012, que se enmarca dentro de la iniciativa de Residencias en esa zona, impulsada por el Consejo de la Cultura y las Artes de Magallanes. Allí, durante 33 días, y sometido a la adversidad y la rareza de un paisaje totalmente desconocido, Bustamante investigó las sonoridades de ese territorio, como también las derivadas de la actividad humana. Fue ese registro y esa experiencia lo que luego, con la perspectiva de la arquitectura aportada por Thiermann y el apoyo de ingenieros y operarios de KRAH, se tradujo en esta obra.

Sobre los ejecutores

Ariel Bustamante (Chile, 1980)/ Artista

Ha ganado en cuatro ocasiones el fondo de proyectos artísticos Fondart, el premio Amigos del Arte, ha escrito ensayos para la revista HZ-journal, Suecia, y exhibido su trabajo en el Centro de Artes y Medios ZKM, Alemania, Sentral-Instambul, Turkia, Harvestworks, Watermil Center en Nueva York, Linda Gallery, Beijing, China, Festival Transitio, México, The Wye, Berlin, The White Building, Londres, Annex/Manesse, Suiza, Tsonami, Valparaíso.
www.pafn.net

Alfredo Thiermann Riesco (Chile, 1987) /Arquitecto

Se tituló con arquitecto de la Universidad Católica de Chile en 2012. Desde 2010 ha estado vinculado a proyectos y construcciones de carácter experimental que han sido publicadas y expuestas en EEUU, Holanda, España y Chile. En 2010 ganó el concurso para el montaje de la IV Bienal de diseño, asociado a Magia, proyecto que obtuvo el premio a mejor diseño de espacio del año. Obtuvo el grado de Arquitecto con una investigación titulada Arquitectura y Ficción, bajo la tutela de Rodrigo Pérez de Arce, tema que cruza sus intereses teóricos y profesionales hasta la fecha.