Los Hermanos Musulmanes convocaron un “viernes de la cólera” con nuevas manifestaciones en El Cairo, después de que casi 600 personas murieran en la represión de los últimos días ante la cual la ONU pidió un “máximo de contención” a todos los bandos.

Esta nueva convocatoria hace temer otra jornada de violencia en el país, donde el balance de muertos por el violento desalojo el miércoles de los dos campamentos de simpatizantes del presidente islamista Mohamed Mursi, derrocado por el ejército el 3 de julio, y los posteriores enfrentamientos dejaron 578 muertos, según cifras del ministerio de Salud.

Los Hermanos Musulmanes hablan por su parte de 2.200 muertos y más de 10.000 heridos, en la jornada más sangrienta en Egipto desde la caída de Hosni Mubarak en febrero de 2011.

Este “viernes de la cólera” suscita inquietud en Europa, donde el presidente francés, François Hollande, se entrevistará esta tarde por teléfono con la canciller aleman, Angela Merkel, y posteriormente con el primer ministro británico, David Cameron.

Las autoridades egipcias, designadas por el ejército, han autorizado a la policía a disparar balas reales contra los manifestantes que ataquen bienes públicos o a las fuerzas de seguridad.

“Las manifestaciones contra el golpe de Estado mañana (viernes) saldrán de todas las mezquitas de El Cairo y se dirigirán hacia la plaza Ramses tras la oración por un “viernes de la cólera’”, precisó el portavoz de la cofradía islamista, Gehad El Haddad, en su cuenta Twitter el jueves.

Laila Musa, portavoz de la Coalición pro-Mursi contra el “golpe de Estado”, informó de que se prevén protestas similares en todo el país.

Además, Musa indicó que seguidores de Mursi, entre los que había al menos dos exmiembros del parlamento, fueron arrestados en redadas llevadas a cabo antes de las protestas.

Por su parte, Tamarrod, el movimiento que promovió las gigantescas manifestaciones que llevaron a la destitución de Mursi, instó a los egipcios a que creen “comités populares” para defender al país contra lo que denominan “terrorismo” de los Hermanos Musulmanes, el movimiento de Mursi.

Las autoridades han decretado estado de emergencia por un mes y hay toque de queda en la mitad del país entre las 19:00 horas (13:00 horas en Chile) y las 06:00 horas (00:00 horas en Chile).

“Máximo de contención”

Tras la condena unánime de la comunidad internacional al baño de sangre en Egipto, en Nueva York, los 15 países del Consejo de Seguridad pidieron el jueves a los diferentes actores un “máximo de contención” y expresaron su preocupación antes de las manifestaciones de este viernes.

Estados Unidos canceló, por su parte, los ejercicios militares conjuntos y aconsejó a sus nacionales que abandonen el país, aunque no ha interrumpido la ayuda militar anual -unos 1.500 millones de dólares- que va en su mayor parte al poderoso ejército de su gran aliado.

Las autoridades estadounidenses se reservan la posibilidad de adoptar “medidas adicionales”, advirtió el presidente Barack Obama.

La violencia esporádica continuó el jueves en el país y se registraron ataques contra iglesias, cometidos supuestamente por seguidores de Mursi.

Este viernes, la Coalición pro-Mursi condenó estos ataques en un comunicado en el que también acusó a algunos cristianos de apoyar el derrocamiento del primer presidente democráticamente elegido.

“Aunque algunos líderes coptos apoyaron o, incluso, participaron en el golpe, este tipo de ataques no se justifican”, indicó.

Antes del asalto del miércoles, los enfrentamientos entre partidarios y opositores de Mursi y los ataques contra las fuerzas de seguridad en el Sinaí habían dejado más de 300 muertos desde finales de junio.

Los precios del petróleo disminuían ligeramente el viernes por la mañana en Asia, debido a algunas tomas de beneficios pero limitaba sus pérdidas debido a la violencia en Egipto, importante país para el tránsito de crudo.