Este miércoles el presidente venezolano, Nicolás Maduro, declaró la guerra a “las pirañas”, bandas delictivas que han sembrado el pánico entre las mujeres del estado Zulia (oeste) pues roban cabelleras para comercializarlas.

Durante un acto en el popular barrio Petare (este de Caracas), Maduro ordenó a la policía especializada en criminalística que investigue a “las mafias que le cortan el pelo a las muchachas”.

“Ahora hay una campañita, les roban el cabello a algunas muchachas (…) Vamos a capturar a esa gente (…) ¿Qué agresión es eso contra las muchachas? Las muchachas son sagradas. Sépanlo ustedes que están involucrados y son parte de estos grupúsculos, que los vamos a castigar con fuerza”, dijo el mandatario.

Maduro atribuyó el delito a una campaña de “guerra psicológica en todo el país” -cuyo responsabilidad no precisó-, pero afirmó que llegó al país desde Colombia.

En las últimas semanas, las zulianas han optado por amarrar bien sus cabellos, tras denuncias de que una banda de ladrones, en la que participan hombres y mujeres, someten a las jóvenes en la calle para robarles sus melenas, que son vendidas hasta por 3.000 bolívares (476 dólares al cambio oficial), según refiere la prensa regional.

Los zulianos los han identificado como “las pirañas”, en alusión al pez que actúa rápidamente y en cardumen para devorar a su víctima.

Aunque se conocen al menos seis casos y se han habilitado intendencias para promover la denuncia de las víctimas, hasta el momento ninguna mujer ha acudido a las autoridades. Como medida preventiva, la policía sigue patrullando en las principales plazas y corredores públicos.

La prensa local ha divulgado informaciones de que el robo de cabello está comenzando a ocurrir en otras ciudades del país, como Caracas y Valencia (centro).

Venezuela es el país más violento de América del Sur. Según cifras del gobierno, sólo en el primer trimestre de 2013 se registraron 3.400 homicidios, después de que 2012 cerrara con unos 16.000 asesinatos.