La noche de este miércoles las protestas en Sao Paulo y Rio de Janeiro terminaron en enfrentamientos con la policía, que utilizó gases lacrimógenos y balines de goma para dispersar a los manifestantes.

En el centro de Sao Paulo un millar de personas se reunió para manifestar contra la deficiente calidad del transporte público y un caso de supuesta formación de cartel y fraude en las licitaciones del metro y el tren en esta metrópoli, revelado hace poco por la prensa local.

El caso de supuesto cartel es investigado por la Fiscalía paulista.

La protesta era pacífica, pero más tarde un grupo invadió la sede legislativa de Sao Paulo, que estaba en sesiones. Unos 400 manifestantes estaban apostados fuera del edificio en el centro de la ciudad.

Algunos levantaron barricadas e incendiaron basura en la calle, en otras zonas céntricas.

La protesta en Sao Paulo fue convocada por el Movimiento Pase Libre, que llamó a las masivas movilizaciones de junio pasado en Sao Paulo y otras ciudades, y el Sindicato de Trabajadores Metroviarios.

Según la policía, algunos manifestantes destruyeron agencias bancarias e instalaciones públicas.

En Rio de Janeiro, manifestantes que piden la salida del gobernador Sergio Cabral se enfrentaron a la policía en los alrededores de la sede del gobierno carioca, el palacio de Guanabara.

Según reportes de la prensa, es un grupo pequeño de manifestantes.

En junio pasado más de un millón de brasileños salió a la calle para protestar contra la corrupción, los malos servicios públicos y los millonarios gastos del Estado en el Mundial-2014 de fútbol.

Las movilizaciones se han mantenido, aunque con una convocatoria mucho menor.