Rafael Caro Quintero, uno de los grandes capos mexicanos de la década de los ochenta, fue liberado este viernes después de 28 años en prisión por el asesinato del agente antidrogas estadounidense Enrique Camarena, a causa de una falla procedimental en este mismo caso.

“Caro Quintero salió del penal en la madrugada (del viernes) después de ser notificado” de la resolución de su puesta en libertad, confirmó a la AFP una fuente del sistema penitenciario, que pidió permanecer en el anonimato.

Un tribunal del estado de Jalisco había ordenado el miércoles la liberación del capo debido a una falla en la jurisdicción del proceso sobre el secuestro y asesinato en 1985 de Camarena, un agente de la DEA, y su piloto mexicano, según dio a conocer este viernes el Consejo de la Judicatura Federal.

El tribunal argumentó que el proceso debió ser juzgado en el fuero común, y no en el federal como se hizo, ya que Camarena no estaba acreditado entonces como agente diplomático o consular de Estados Unidos. De esta forma, quedó anulada la sentencia de 40 años de cárcel que había recibido Caro Quintero por el crimen.

Hasta el momento, ninguna autoridad ha informado públicamente sobre la salida del capo, de 60 años, del complejo penitenciario de Puente Grande, en el municipio de Tonalá (Jalisco), área metropolitana de Guadalajara.

La fiscalía, que se ha remitido a un próximo pronunciamiento público, no ha aclarado si existe un pedido de extradición por parte de Estados Unidos, cuyo Departamento del Tesoro recordó el pasado junio que el capo es buscado por un tribunal de California por cargos relacionados con el asesinato de Camarena y tráfico de drogas.

En esa misma comunicación, el Tesoro identificó a una red de 18 personas, incluidos familiares, que han seguido invirtiendo parte de la fortuna ilegal del capo en negocios en Guadalajara, la segunda mayor ciudad del país, a unos 540 km al noroeste de la capital.

Aristóteles Sandoval, gobernador de Jalisco, dijo este viernes que ante la puesta en libertad de uno de los fundadores del extinto cártel de Guadalajara, “lo único que podemos hacer como poder ejecutivo es estar muy atentos al orden” en la zona, donde en los últimos meses han recrudecido los asesinatos por pugnas entre los cárteles de reciente formación Nueva Generación y Los Caballeros Templarios.

La muerte de Camarena -secuestrado, torturado y asesinado en febrero de 1985- provocó entonces una gran tensión en la relación de México con Estados Unidos y según especialistas marcó el inicio de una agenda binacional contra el narcotráfico.

Caro Quintero fue detenido meses después del asesinato de Camarena en Costa Rica. El capo recibió también una condena por delitos relacionados con narcotráfico, que según el tribunal de Jalisco ya purgó.

Un padrino del narcotráfico en los ochenta

Caro Quintero nació en 1952 en Badiraguato (Sinaloa, noroeste), un pueblo cuna de importantes narcotráficantes como Joaquín “El Chapo” Guzmán, actual líder del poderoso cártel de Sinaloa y el capo más buscado de México.

Considerado en su época como un “narco de narcos”, Caro Quintero formó junto con Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca, alias “Don Neto”, también encarcelados, el cártel de Guadalajara, convirtiéndose en la primera gran generación de narcotraficantes mexicanos que hicieron del negocio de la droga una empresa transnacional.

Tras la caída de los tres capos, el cártel de Guadalajara se dividió, fundándose otras grandes organizaciones narcotraficantes como la de Sinaloa o la de Tijuana, que pronto entrarían en guerra por el control de territorios y rutas hacia Estados Unidos.

Las disputas entre los cárteles mexicanos y el operativo militar que lanzó contra ellos el expresidente Felipe Calderón en diciembre de 2006 dispararon la violencia en México, donde más de 70.000 personas fueron asesinadas desde entonces.

La decadencia de Caro Quintero empezó cuando fue decomisado el rancho El Búfalo, propiedad de él y de sus socios en Chihuahua (norte),y se incautaron cerca de 8.000 toneladas de marihuana.

En venganza, los narcotraficantes ordenaron el secuestro y asesinato de Camarena, un agente estadounidense de origen mexicano que investigaba al crimen organizado en Guadalajara.

El asesinato provocó la ira del gobierno estadounidense, que implementó una operación encubierta en territorio mexicano al cabo de la cual capturó a un médico que participó en la tortura de Camarena inyectándole una sustancia para que resistiera el martirio. Los estadounidenses se llevaron al médico sin notificar al gobierno de México.

Poco después, el gobierno mexicano solicitó la detención de Caro Quintero en una de sus propiedades en Costa Rica, donde fue aprehendido con su novia en la cama.

Caro Quintero estuvo recluido muchos años en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, donde vivió bajo suma austeridad en la celda 150 del módulo uno.

El capo fue un preso de “carácter reservado”, que gustaba de hacer ejercicio, especialmente correr y jugar voleibol. También era amante de lecturas sobre la historia de México y devoto asistente a la misa dominical en la prisión, dijo a la AFP Jesús Lemus, un periodista que sufrió una condena por narcotráfico de la que fue exonerado en 2011 y que fue compañero de celda de Caro Quintero.