Los resultados de la indagatoria de la comisión revisora del Censo 2012 son lapidarios: se trata de uno de los mayores fraudes administrativos de nuestra historia.

La actual administración del presidente Sebastián Piñera tendrá que cargar, después de este episodio, con la acusación de incompetencia y de ocultamiento de información.

En su momento, el gobierno y el entonces director del Instituto Nacional de Estadísticas, Francisco Labbé, repitieron que iban a realizar el mejor Censo de la historia. Fue una campaña. Fue un eslogan. Y quedaron atrapados en sus dichos.

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