Lucía tiene 33 años y sufre de retardo mental, además de deformación congénita. No habla y a su edad no es capaz de controlar sus necesidades básicas.

Su madre, Hilda Veloso, cuenta que no puede dejarla sola, por lo que sobreviven con su pensión: un poco más de $80.000 con los que, además de comer y movilizarse, tiene que comprar pañales.

La falta de estos elementos domésticos, básicos para su hija, la llevó a denunciar ante Radio Bío Bío en Valdivia la situación.

Hilda Veloso señala que mensualmente debe comprar al menos dos paquetes de pañales para adultos, con un costo cercano a los $10.000 cada uno.

Dice que ha pedido en el consultorio algún tipo de ayuda, sin obtener respuestas hasta el momento.

Veloso y su hija son beneficiarias PRAIS y sólo esperan que el Estado, a través de alguna de sus reparticiones, asuma el costo de los pañales para adultos que ella no es capaz de pagar.