China, imitada rápidamente por Rusia y Arabia Saudita, retiró de la venta productos lácteos, incluyendo leche en polvo para bebés, del gigante agroalimentario neozelandés Fonterra, que alertó sobre la presencia en algunos de sus lotes de una bacteria que puede causar botulismo, una peligrosa enfermedad.

Fonterra reveló el fin de semana que tres lotes de suero de leche utilizado para la fabricación de leche para bebés y para deportistas contenían en mayo de 2012 Clostridium Botulinum, una bacteria productora de la toxina botulínica, agente del botulismo, que puede causar parálisis o incluso la muerte.

El domingo, China prohibió las importaciones de leche en polvo de Nueva Zelanda, según declaraciones del ministro neozelandés de Comercio, Tim Groser, aunque China no ha confirmado esta información.

La Autoridad China de Regulación Farmacéutica y Alimentaria pidió a tres empresas que trabajan con Fonterra “detener inmediatamente la venta” y “retirar todos los productos” que pueden contener esta bacteria.

Asimismo, Rusia prohibió este lunes la venta e importación de los productos lácteos del gigante neozelandés Fonterra, mientras las autoridades de Arabia Saudita decidieron destruir los lotes sospechosos.

Por su parte, el grupo agroalimentario francés Danone, que cuenta entre sus proveedores al productor neozelandés, retiró en algunos países de Asia varios lotes de leche en polvo de sus marcas locales Dumex y Karicare.

Deseoso de tranquilizar a los consumidores chinos y preservar la imagen del grupo en China, donde el mercado de productos lácteos está en auge, el jefe de Fonterra viajó en persona a Pekín, donde presentó disculpas y negó cualquier intento de disimulación.

“Nos disculpamos profundamente ante las personas afectadas”, indicó durante una conferencia de prensa el director ejecutivo del grupo, Theo Spierings, quien añadió que Fonterra dio la alerta en cuanto tuvo confirmación de la contaminación.

Una respuesta a las declaraciones de este lunes del primer ministro neozelandés, John Key, quien señaló los “riesgos” que tomó Fonterra, que se presenta como el primer exportador mundial de productos lácteos.

“Lo que me sorprende es que en mayo 2012, cuando se produjo el suero de leche en cuestión, (Fonterra) notó algo durante las pruebas pero esto no le pareció lo suficientemente alarmante, ya que la empresa aprobó” los lotes, declaró Key en una entrevista con Radio New Zealand.

Sin embargo, Spierings aseguró que los primeros signos de contaminación aparecieron en pruebas realizadas en marzo de este año, 10 meses después de la etapa de producción, y que se necesitaron pruebas suplementarias para identificar “la raíz” del problema y “la cepa exacta” de la bacteria.

“Esto toma tiempo. (Las pruebas) confirmaron (una contaminación) el 31 de julio. Y, de lo que recuerdo, nos comunicaron (estos resultados) el mismo día y en el espacio de 24 horas informamos como correspondía a nuestros consumidores y al gobierno neozelandés”, explicó el director general de Fonterra.

“Entendemos totalmente la preocupación de los padres. Tienen derecho a tener la garantía de que los productos (que compran) son saludables”, declaró, y agregó que Fonterra prevé “realizar pruebas a todos los productos de exportación” como medida de precaución.

Entre las empresas que han comprado lotes de suero figuran la estadounidense Coca-Cola y el grupo chino Wahaha –aunque sus procesos de fabricación habrían matado a la bacteria, según Theo Spierings– y el productor de leche infantil Dumex, filial del francés Danone.

“Doce lotes de Dumex podrían estar afectados, la mitad se encuentras aún en bodegas y la otra mitad han sido retirados”, indicó el jefe de Fonterra, que añadió que por el momento no se han registrado víctimas.

La industria láctea representa el 25% de las exportaciones de Nueva Zelanda, según estadísticas gubernamentales, y los productos lácteos del país gozan de una excelente reputación en Asia.

Un gran escándalo de leche contaminada con melanina estalló en China en septiembre de 2008, provocando una psicosis en ese país y la retirada de productos lácteos chinos en todo el mundo. Desde entonces, millones de familias chinas perdieron confianza en la leche en polvo producida en el país y comparaban únicamente leche importada.

“¡Pobres bebés! (…) las marcas locales no son seguras, pero tampoco las marcas importadas”, comentó un internauta chino en el portal de microblogs Weibo.