Dos pingüinos, de Humboldt y magallánico, fueron recuperados en el Hospital Clínico Veterinario de la Universidad San Sebastián por alrededor de dos semanas. Una vez confirmado su buen estado de salud, la institución académica y el Sernapesca, decidieron su pronta liberación, “más que nada, para evitar la impronta”, explicó el médico veterinario de la USS, Miguel Ángel Mansilla.

Es por ello que las aves fueron retiradas ayer jueves, pasadas las 16:00 horas, desde el Campus Las Tres Pascualas, para reencontrarse con el mar en las costas de Lenga, lugar estratégico debido a su retiro y la cercanía con pingüineras.

Mansilla precisó que los pingüinos fueron hallados en distintos momentos y lugares. El magallánico lo encontró personal de la Armada en la Caleta Lo Rojas de Coronel, cuando un equipo técnico realizaba un operativo para dar con el paradero de un lobo marino herido por un nylon cuyo caso ha causado impacto nacional. “El ejemplar, adulto, estaba muy deshidratado. Advertimos que padeció algún trauma, ya que su peso era muy bajo”, señaló el médico veterinario del HCV. Ahora pesa 3 kilos y medio.

Y a los tres kilos 300 gramos de peso llegó el otro animal, un subadulto del tipo Humboldt, que fue encontrado por un grupo de “motoqueros” en el sector de Ramuntcho, en Hualpén. “Fue trasladado al Parque Tumbes, y luego traído a la USS, donde lo tuvimos por dos semanas. Su situación era un cuadro entérico severo, con diarrea y deshidratación. Ahora está de alta”, afirmó el facultativo.

Los pingüinos se trasladaron al mar en la misma jaula y se liberaron juntos, gracias al estrecho vínculo que generaron en cautiverio. Humberto Pool, profesional del área Ambiental y Rescate de Especies Protegidas de Sernapesca, encabezó el equipo de la institución estatal. “En la zona de Lenga existe un recinto aislado naturalmente, con pingüineras en su cercanía. Las aves solas se dirigirán hacia allá”, expresó Pool.

Los pingüinos son altamente sociables, acostumbrándose rápidamente a la presencia y a los cuidados humanos (la denominada “impronta”). Por ello, mientras menos permanezcan en cautiverio, mejor será su reinserción, puntualizó Miguel Ángel Mansilla.

U. San Sebastián (C)

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