Trabajadores de los aeropuertos brasileños estatales entraron este jueves en su segundo día de huelga en demanda de mejoras salariales, y la mayoría de los terminales es afectada por la movilización, según el sindicato.

“Ayer miércoles, en asamblea, todos los trabajadores votaron por continuar con la huelga”, declaró a la AFP Severino Macedo, director del Sindicato Nacional de Aeroportuarios (SINA).

De acuerdo al sindicato, 80% de los 63 aeropuertos administrados por la estatal Infraero están afectados por la movilización.

Los trabajadores piden un 16% de reajuste salarial mientras la compañía ofreció sólo un 6,49%, según el sindicato. Las negociaciones continúan.

Pero la huelga fue limitada. A pedido de Infraero, el Tribunal Superior del Trabajo decidió el miércoles que el área de tráfico aéreo debe funcionar al 100% y de seguridad y operaciones al 70%. El resto puede operar a un 40%.

Si el sindicato no cumple, deberá pagar una multa de 22.000 dólares.

“Infraero entró con una medida cautelar ante el tribunal para evitar posibles mayores trastornos”, declaró a la AFP un portavoz de la estatal.

Según el portavoz de Infraero, sólo seis aeropuertos están “con una adhesión más significativa a la huelga”: Congonhas, en Sao Paulo, utilizado para vuelos domésticos; el internacional de Galeao, en Rio de Janeiro; así como los aeropuertos de Vitoria, Fortaleza, Recife y Salvador.

Infraero activó un plan de contingencia para enfrentar la huelga.

Durante la mañana de este jueves en Rio de Janeiro paralizaron operaciones los aeropuertos de Galeao y Santos Dumont (vuelos domésticos) debido al mal tiempo y no la huelga, aseguró Infraero.

Los trabajadores movilizados son los que realizan servicios en tierra. Además de un reajuste salarial, piden planes de carrera, mejores programas de salud y participación en las ganancias.

Los trabajadores también se oponen al proceso de privatización que se impulsa en los aeropuertos brasileños, promovido por el gobierno para modernizar este sector colapsado y vetusto de cara al Mundial-2014 y los Juegos Olímpicos-2016.

Desbordados y anticuados, los aeropuertos brasileños ya no consiguen responder con eficiencia al sector del transporte aéreo doméstico, que aumentó 120% en la última década a la par del explosivo crecimiento de la clase media y la reducción de la pobreza.

El aeropuerto internacional de Galeao, en Rio, y de Confins, en Belo Horizonte en el estado de Minas Gerais, serán licitados en septiembre.

El mayor aeropuerto del país, Guarulhos, en Sao Paulo, no es administrado por Infraero sino por privados y sus trabajadores no están en huelga.

Los 63 aeropuertos de Infraero movilizaron a 10,6 millones de pasajeros en junio.