Cerca de medio centenar de personas perdieron la vida este lunes y más de 220 resultaron heridas en una nueva oleada de atentados en barrios de Bagdad que en su mayoría cuentan con una población predominantemente chiita.

En Bagdad, 11 coches bomba estallaron en nueve barrios diferentes, de los que al menos siete eran de mayoría chiita, y dejaron cerca de 34 muertos y más de 130 heridos.

En Sadr City, barrio chiita de Bagdad, un coche bomba explotó en una plaza donde estaban reunidos obreros jornaleros a la búsqueda de trabajo. La explosión hizo volar en el aire a un minibus por más de 10 metros y destruyó los escaparates de varias tiendas, según un fotógrafo de la AFP. Otra bomba que estalló en Sadr City tuvo como blanco unas tiendas de materiales de construcción.

Otro coche bomba explotó en Mahmudiya, a 30 km al sur de la capital, matando al menos a dos personas e hiriendo a otras 25.

En Kut, una ciudad de mayoría chiita a 160 km al sur de Bagdad, al menos seis personas murieron y 57 resultaron heridas en la explosión de dos coches bomba.

Por otro lado, al menos dos personas murieron y decenas resultaron heridas por la explosión de dos coches bomba en Samawa, otra ciudad chiita situada a 280 km al sur de Bagdad.

Otro coche bomba estalló en Basora, ciudad portuaria del sur del país también de mayoría chiita, dejando cuatro muertos y cinco heridos.

Desde principios de julio, la violencia dejó más de 780 muertos lo que eleva a más de 3.000 el balance desde comienzos de año, según un recuentro realizado por la AFP.

La violencia ha empeorado en los últimos tres meses, regresando a los niveles de 2008 tras la guerra civil entre sunitas y chiitas que dejó decenas de miles de muertos en 2006 y 2007.

El incremento de la violencia está vinculado al resentimiento de la población sunita, en el poder bajo el régimen de Sadam Hussein, con la mayoría chiita actualmente en el poder y a la que acusa de practicar discriminaciones.

El año pasado se iniciaron manifestaciones sunitas para reclamar la liberación de sospechosos detenidos conforme a una ley antiterrorista que permite mantenerlos detenidos de manera casi ilimitada.

La crisis alcanzó un pico el 23 de abril, cuando las fuerzas de seguridad y manifestantes, en su mayoría desarmados según la ONU, se enfrentaron cerca de la ciudad de Hajiwah (norte), causando 53 muertos.

Ataques con bomba masivos y coordinados contra la población civil ocurren una o dos veces por semana en promedio, mientras que otros atentados, con blancos más específicos, acosan cotidianamente a las fuerzas del orden.

Grupos vinculados a la red extremista Al Qaida son considerados en buena medida como responsables de los atentados recientes contra civiles, cometidos probablemente con el objetivo de relanzar la guerra civil, según observadores.