Una violenta manifestación de unas 300 personas la noche del viernes en el centro de Sao Paulo derivó en enfrentamientos con la policía, que utilizó bombas de estruendo y gases lacrimógenos para dispersarlos, constató la AFP.

Un grupo de manifestantes con el rostro cubierto destrozó una decena de agencias bancarias en la emblemática avenida Paulista, corazón financiero de Sao Paulo, rompiendo ventanas y mobiliario y arrojando sillas a la calle.

También rompieron señales de tránsito, puestos de policía y levantaron barricadas incendiarias con basura para bloquear el tránsito en esta importante arteria de la ciudad. Una camioneta de la televisora Record fue incendiada por un grupo de manifestantes.

Los manifestantes destruyeron asimismo una concesionaria de vehículos en otra zona del centro, cercana a la Paulista.

Grupos de encapuchados rompían ventanas con largos barrotes metálicos y rayaban paredes con símbolos de anarquía y del grupo antisistema Black Block. Instalaciones del metro que recorre la avenida también fueron destruidas, aunque el servicio seguía operando.

Algunos de los manifestantes quemaron una bandera de Brasil y otra del estado de Sao Paulo, antes de que un centenar de policías interviniera para dispersarlos.

La policía militar de Sao Paulo así como la secretaría de seguridad pública señalaron a la AFP que estaban aún recolectando informaciones antes de dar un balance sobre la manifestación.

Según confirmó la policía, que seguía presente en la zona que volvía poco a poco a la normalidad, eran unos 300 manifestantes los que se movilizaron por el centro de Sao Paulo.

La protesta, que se inició el viernes de tarde de manera pacífica, fue convocada en solidaridad con los manifestantes de Rio de Janeiro que exigen la salida del gobernador del estado, Sergio Cabral.

Convocada a través de las redes sociales, la protesta comenzó frente al Museo de Arte de Sao Paulo, sobre la Paulista, y desde ahí avanzó bloqueando temporalmente el tránsito, que ya comenzaba a restablecerse en este lugar.

Masivas protestas sacudieron Brasil en junio pasado contra los gastos públicos para el Mundial de Fútbol-2014 y la corrupción, y en demanda de mejores servicios como transporte, salud y educación.

La ola de protestas, que llevó a más de un millón de personas a la calle el 20 de junio, se inició en Sao Paulo contra el aumento de la tarifa del transporte público, una medida que fue revertida tras las movilizaciones.

En Rio de Janeiro, por otra parte, unas 200 personas que se manifestaron contra el gobernador Cabral llegaron a pocos metros de donde el papa Francisco culminaba un acto multitudinario este viernes, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), constató la AFP.

Los manifestantes dijeron que la protesta no era contra el papa sino para aprovechar la visibilidad que les daba su presencia.

“Queremos mostrar al mundo los problemas que existen en Brasil y pedimos disculpas a los peregrinos”, dijo a la AFP el brasileño Sergio Murilo (23).

Unos 200 policías los escoltaban y revisaron las mochilas de muchos manifestantes.

Varias manifestaciones contra Cabral han degenerado en violencia y enfrentamientos con la policía en Rio de Janeiro.