Estimulados por lo cerca que estuvieron de enterrar el extendido espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) a los estadounidenses, varios legisladores prometieron este jueves renovar su intento de poner fin a toda vigilancia que viole el derecho constitucional a la privacidad.

Una sorprendente alianza de los republicanos del ultraconservador movimiento Tea Party y demócratas estuvo a punto de noquear a la Casa Blanca con la primera votación para poner a prueba la opinión política sobre el programa de espionaje revelado el mes pasado por el prófugo ex consultor de la NSA, Edward Snowden.

Un proyecto de enmienda para reducir el financiamiento a los programas de la NSA para la recolección de datos telefónicos de los estadounidenses no vinculados a investigaciones sobre terrorismo, fue derrotado apenas por 217 a 205 votos en la Cámara de Representantes, pero envió una advertencia de que la preocupación por el espionaje crece significativamente.

“Se puede sentir que estamos en un crescendo sobre este tema en la Cámara”, declaró el representante demócrata Gerry Connolly a la AFP. El legislador señaló que una nueva votación tendrá lugar lo antes posible.

“Espero que esto envíe un mensaje claro y que la administración (de Obama) lo comprenda y tome medidas necesarias para intentar calmar las crecientes preocupaciones en el país y en todo el mundo”, agregó Connoly.

Durante el debate, breve pero intenso, que precedió a la votación, los representantes se enfrentaron, a veces en el seno del mismo partido, sobre el equilibrio entre la seguridad y las libertades civiles.

Presiones de los líderes republicanos

Según Connolly, la enmienda propuesta por un joven legislador republicano de Michigan (norte), Justin Amash, hubiera podido ser aprobada si algunos legisladores no hubieran cedido a las presiones de los líderes republicanos de la Cámara Baja, cuidadosos de no acorralar al gobierno y de darle más tiempo para responder a las preocupaciones sobre la protección de las libertades civiles.

La votación fue lo suficientemente pareja como para que el presidente de la Cámara, John Boehner, quien lideró la oposición a la enmienda, tuviera que pronunciarse, cuando habitualmente se abstiene.

“Voté anoche porque los programas de la NSA ayudaron a proteger a los estadounidenses”, afirmó. Dijo que había autorizado la votación porque “el Congreso no podía eludir el debate”.

Quienes apoyan los programas de la NSA en el Congreso señalaron que los programas de esa agencia desbarataron más de 50 amenazas terroristas, y advirtieron que suprimirlos podría privar a Estados Unidos de una herramienta anti-terrorista determinante.

Snowden, actualmente bloqueado en un aeropuerto de Moscú tras haber pedido asilo temporal a las autoridades rusas, reveló entre otras cosas a principios de junio que la NSA recolectaba en nombre de la lucha antiterrorista los metadatos (número y duración de la llamada) de las comunicaciones de millones de estadounidenses con la autorización de un tribunal secreto.

“Para encontrar una aguja en un pajar, primero hay que identificar el pajar”, resumió uno de los opositores a la enmienda, el republicano Joe Cotton, durante el debate. Esta enmienda hubiera “desparramado todo el pajar”.

Sin embargo, 94 representantes republicanos votaron en contra de las recomendaciones de Boehner, lo que puso de manifiesto el creciente malestar de muchos legisladores con el programa de vigilancia.

Tras los atentados del 11 de setiembre de 2001, la mayoría de los republicanos apoyó el llamado Patriot Act, una ley que otorgó amplios poderes de vigilancia a los organismos de inteligencia norteamericanos.

Pero numerosos legisladores identifican ahora esos programas con una “intrusión gubernamental”, según la expresión del republicano Ted Poe. “Obtengan un mandato específico basado en sospechas reales o déjennos tranquilos”, dijo.

Amash dijo que no estaba sorprendido del apoyo recibido por su propuesta. “Los estadounidenses están a favor de él. No es una cuestión vincualda a los partidos, sino a los norteamericanos que se oponen a las élites en Washington”, aseguró.

Datos de la última encuesta de MSNBC indican que 56% de los estadounidenses sostiene que están más preocupados por el hecho de que el gobierno estadounidense ha ido demasiado lejos al violar su derecho a la privacidad.