Gerardo ‘Tata’ Martino, exentrenador del campeón argentino Newell’s Old Boys y un paladín del buen juego, saltó a la banca del poderoso FC Barcelona donde lo espera su coterráneo de la ciudad argentina Rosario, Lionel Messi, la figura del fútbol mundial.

Newell’s fue la cuna de Martino como jugador, donde se convirtió en símbolo de una institución de estrellas, en la que también se criaron Messi y otros grandes futbolistas como Gabriel Batistuta, goleador histórico de la selección argentina, mientras que Diego Maradona tuvo un fugaz paso en 1993.

Como entrenador, este mes quedó en las puertas de lo que pudo haber sido un año glorioso con Newell’s, al quedar eliminado por penales en semifinales de la Copa Libertadores de América con el Atlético Mineiro de Ronaldinho. Ese fue su último choque como entrenador de Newell’s, como lo había anunciado previamente.

‘El Tata’ es un hijo directo de Marcelo Bielsa, otra gloria rojinegra, cuyo estadio lleva su nombre y una de sus tribunas el del flamante DT del FC Barcelona.

No solo sus actitudes gestuales son similares a las de Bielsa, también su estilo de juego frontal, ofensivo y vertiginoso, con alguna diferencia con el tradicional del Barcelona, mucho más paciente.

“Discrepo totalmente en que los entrenadores sean más importantes que los jugadores, de ninguna manera. Hace mucho tiempo nos han instalado a los técnicos en un lugar de demasiado privilegio”, dijo Martino, quien le atribuye una importancia fundamental a la relación con el futbolista.

Sin embargo, en una reciente entrevista con el canal Fox, sostuvo que “me costaría decirle algo a Messi, cuando uno ve que sabe todo, que es un jugador tan importante”.

El ‘Tata’ Martino, de 50 años, atesora el honor de ser el futbolista que más partidos oficiales disputó (472) para el club rosarino, como ‘patrón’ del mediocampo durante una década (1980-1990), además de pasar por el Tenerife (España), Lanús, O’Higgins (Chile) y el Barcelona ecuatoriano.

Como director técnico, empezó su carrera en el modesto Almirante Brown de Arrecifes (segunda división), pero el éxito empezaría a sonreírle del otro lado de la frontera, cuando emigró a Paraguay y conquistó tres campeonatos al frente de Libertad, otros dos en Cerro Porteño y, tras un breve paso por el argentino Colón, le dio dos nuevos títulos al Libertad guaraní.

Su notable gestión en suelo paraguayo derivó en la designación como entrenador de su selección, con la que logró clasificar al Mundial Sudáfrica-2010 y llegó a cuartos de final al caer ajustadamente 1-0 ante España, que sería finalmente el campeón.

Martino finalizó su ciclo en la selección paraguaya tras perder 3-0 ante Uruguay en la final de la Copa América Argentina-2011, con un saldo global 26 triunfos, 24 empates y 22 caídas.

Martino asumió a finales de 2011 el cargo de entrenador de su amado Newell’s y, pese a que se encontraba en una grave crisis económica y en peligro de descender, lo sacó campeón este año.

“El fútbol argentino es histérico, tramposo y ventajero, se desprecia la estética y el resultado disimula todo, es muy difícil convivir con eso. Quien dirige en Argentina estaría preparado para dirigir en cualquier parte, no por lo competitivo, sino por todas las cosas de las que tenés que ocuparte acá”, sentenció el orientador.