Bajar la grasa de la cintura tras sólo un par de sesiones es la promesa que seguramente habrás escuchado o leído en más de una ocasión.

Esto es lo que ofrecen los centros de estética que se han puesto de moda durante el último tiempo, básicamente, por medio de un tratamiento conocido como cavitación estética.

¿En qué consiste? Simple. Con una máquina que produce ultrasonidos de baja frecuencia se realizan masajes en zonas como la abdominal, lo que generaría burbujas microscópicas en las células adiposas que destruyen las membranas.

Lo anterior, provocaría que la grasa se diluya y se traslade por el organismo hasta finalmente ser eliminada.

Sin embargo, hay gente que cuestiona la eficacia de este tipo de tratamiento, ya que en su experiencia no lograron mayores resultados.

Sobre esto, Rodrigo Donoso y Rolando Molina, especialistas del Medical Beauty Center de Santiago, explicaron a Emol que “si no pones de tu parte, se hace más complicado obtener los resultados esperados… no hay que engañarse con que se va a lograr una reducción total con pocas sesiones, más aún cuando el volumen de tejido adiposo que se tiene que trabajar es alto”.

En relación a lo mismo, Claudia de la Cruz, dermatóloga de Clínica Dermovein, expresó que “cuando hay zonas muy dañadas, lo normal es experimentar un 10% de mejorías. Ahí es la misma paciente quien debe decidir si hacer el tratamiento o no”.

Además, según los expertos es fundamental no sólo asistir a un determinado número de sesiones -que puede variar dependiendo del cliente-, sino que junto con ello cambiar algunos hábitos de vida como la alimentación.

Por otro lado, es necesario indicar que el procedimiento está totalmente prohibido para pacientes embarazadas, como también para quienes padecen cardiopatía, epilepsia, cáncer, problemas hepáticos o renales.

Finalmente, junto con destacar que es importante que la persona sepa que el trabajo lo harán profesionales, de la Cruz sostuvo que “hay que regular estas actividades y no se puede dejar en manos no médicas. Creo que estos tratamientos deben ser exclusivamente médicos y precedidos del correspondiente consentimiento informado”.