El triple campeón mundial Sebastian Vettel se convirtió en un verdadero Kaiser al ganar por primera vez en casa el GP de Alemania, en una temporada que maneja con suma regularidad, mientras sus rivales se reparten las migajas que deja el hombre a vencer de la Fórmula 1.

Cuando el Mundial pasará la mitad de la competición con el Gran Premio de Hungría, el 28 de julio, la tendencia más evidente es que su competencia deberá mejorar para impedir que el alemán de 26 años, al frente de Red Bull, no revalide su título en noviembre en Brasil.

La regularidad de Vettel es uno de sus puntos fuertes. Si se deja de lado Silverstone, donde abandonó en la vuelta 42 (problemas con la caja de velocidades), cuando lideraba la carrera y aceleraba hacia la bandera a cuadros, Vettel jamás terminó más lejos de la punta que un cuarto puesto (China, España), subiendo seis veces al podio, cuatro veces sobre el escalón más alto (Malasia, Bahréin, Canadá, Alemania).

Por ello, el germano suma 157 puntos en la clasificación, es decir 17,4 puntos por largada. Es el promedio de los números que lo llevaron a su tercera corona, el año pasado.

Para intentar tumbarlo, las únicas posibilidades concretas que se observan son Fernando Alonso y Kimi Räikkönen, pero bajo ciertas condiciones.

La F138 de la Scuderia permitió al español subir cinco veces sobre el podio, dos de ellas tras brillantes victorias en China y España.

Pero el gran problema del asturiano es que no se muestra muy potente los sábados, cuando hay que hacer la pole position, una ventaja grande a la hora de apuntar al triunfo el domingo.

Alonso hasta ahora no logró ninguna pole, lo que habla de las dificultades de velocidad de su auto y de los milagros que efectúa en carrera el dos veces campeón mundial.

A veces Alonso debe hacer milagros para sobrepasar, al tiempo que su escudería ha planificado muy bien las carreras, compensando en cierta forma la falta de poder de su auto en la previa a los Grandes Premios.

Al igual que Vettel, Alonso quemó un solo comodín hasta el momento (cero puntos en Malasia), pero su media es muy inferior: 123 en nueve carreras, lo que le da un ratio de 13,6 por cada largada. Muy buenos números, pero no lo suficiente para poner en jaque a Vettel, salvo catástrofe en Red Bull.

Por su lado, Räikkönen se mantiene constante. Desde el GP de Bahreïn, en la primavera boreal de 2012, ‘Iceman’ estuvo 26 veces seguidas en la lista de los pilotos con puntos, nuevo récord absoluto, y subió 12 veces al podio, es decir una cada dos veces, pero tiene un pequeño problema: su Lotus corre mejor cuando hace calor, lo que le permitió ganar a fines de 2012 en Abu Dabi y a inicios de 2013 en Australia, y terminar detrás de Vettel el domingo, cuando la pista de Nurburgring tenía una temperatura de 42 grados. Sacando esas condiciones, su rendimiento baja y lo paga con menos puntos, para alegría de Vettel.

Si quieren soñar en grande, Alonso y Kimi también pueden esperar una manito de Lewis Hamilton y Nico Rosberg, un dúo de choque con Mercedes que no encuentra la regularidad para sacar del mando de la Fórmula 1 a ‘Kaiser Vettel’, aunque lo han puesto en dificultad en varias ocasiones.