No hay duda de que es Amy Winehouse, pero no la que todo el mundo conoce. El cabello negro, la mirada fija y los labios carnosos son los suyos, pero esta jovencita está años luz de la diva de cuerpo delgado y tatuado adicta a las drogas y al alcohol.

Dos años después de su muerte accidental a los 27 años, fotos personales expuestas por primera vez en una muestra que se inaugura el miércoles en Londres permite hacerse una idea de lo que fue esta adolescente judía que se convirtió en una de las grandes cantantes británicas de soul.

Su hermano mayor, Alex, reunió imágenes, ropa y otros objetos personales para que la gente se acuerde de lo que fue antes de que las adicciones la destruyeran.

Las acompañó de leyendas emotivas, hablando de los libros de Snoopy que les gustaban de niños, de la primera guitarra que compartieron, “posiblemente el peor instrumento que se ha hecho jamás” y de los discos de jazz que le tomaba prestados.

El resultado es un retrato conmovedor de una mujer que ganó seis premios Grammy -cinco por su exitoso álbum “Back to Black” en 2006 y otro por su dúo póstumo con Tony Bennett- pero que no pudo vencer sus demonios interiores.

Tras años de adicción y de curas de desintoxicación, Amy Winehouse fue hallada muerta en su apartamento londinense el 23 de julio de 2011, tras haber ingerido una gran cantidad de alcohol.

Pero la exposición ni lo menciona y se concentra deliberadamente en los momentos felices de su vida.

“No es un santuario o un memorial a alguien que se ha muerto”, escribe Alex Winehouse en la introducción.

“Es una instantánea de una mujer que en lo más profundo de su ser era simplemente una chica judía del norte de Londres con un inmenso talento”, agregó.

La muestra se podrá ver hasta el 15 de septiembre leva a cabo en el Museo Judío de Londres, en el barrio de Camden, muy cerca de donde vivió y murió.

“Amy y su familia no eran particularmente religiosos pero tienen unos vínculos muy fuertes con la cultura judía”, explicó a la AFP la comisaria de la exposición, Elizabeth Selby.

Alex hizo su bar mitzvah y la familia celebraba la Pascua judía y hacia su tradicional cena de shabat el viernes por la noche.

“Ser judía para mí significa estar juntos, como una verdadera familia”, dijo un día Amy Winehouse. En la exposición pueden verse numerosas fotos de reuniones y comidas familiares.

La cantante guardaba muchas de estas imágenes en una maleta, que también está expuesta. Las estuvo mirando con su padre, Mick, un taxista, pocos días antes de su muerte.

En una foto del colegio se la puede ver, a los 10 años, con aire aburrido y desafiante, una conducta que luego le valió ser expulsado de una escuela de artes escénicas.

Había ingresado sin embargo con entusiasmo en el centro, a juzgar por su hoja de inscripción, en la que a los 14 años escribió: “Sueño con ser famosa, con subirme a un escenario. Es la ambición de mi vida”.

“Quiero que la gente al escuchar mi voz se olvide de sus problemas durante unos minutos”, agregó.

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