La Unión Europea (UE) manifestó su cólera este domingo y exigió explicaciones sobre el programa de espionaje norteamericano denunciado por Edward Snowden, que aparentemente también tomó como blanco las instituciones europeas, según las últimas revelaciones sobre este caso que podrían complicar las relaciones entre Washington y Bruselas.

La edición en papel del semanario alemán Der Spiegel afirma este domingo que la UE formó parte de los “objetivos” de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense, acusada de espiar las comunicaciones electrónicas mundiales en el marco del programa PRISM.

Der Spiegel sustenta estas acusaciones en documentos confidenciales que pudo conocer gracias a las filtraciones del exconsultor estadounidense de la NSA Edward Snowden, reclamado por la justicia de su país por llevar a cabo las revelaciones sobre este programa.

“Nos pusimos en contacto inmediatamente con las autoridades estadounidenses en Washington y en Bruselas, y les presentamos las informaciones de la prensa. Nos dijeron que estaban verificando la exactitud de las informaciones publicadas ayer y que se pondrían en contacto con nosotros”, anunció la Comisión Europea en un comunicado.

En Berlín, la ministra de Justicia alemana aseguró este domingo en un comunicado que “la parte norteamericana debe explicar inmediata y exhaustivamente si las informaciones de los medios de comunicación sobre medidas totalmente desproporcionadas de interceptación por parte de Estados Unidos en la UE son exactas o no”.

El sábado por la noche, el presidente del parlamento europeo, Martin Schulz, consideró que “si se demuestran estas acusaciones, sería un problema extremadamente grave que perjudicaría considerablemente las relaciones entre la UE y Estados Unidos”.

El consejero adjunto de la Seguridad Nacional estadounidense, Ben Rhodes, se limitó a afirmar desde Sudáfrica, donde está acompañando al presidente Barack Obama, que los europeos se encuentran “entre los aliados más cercanos” de Estados Unidos en materia de inteligencia.

En uno de los documentos revelados por Der Spiegel, fechado en septiembre de 2010 y clasificado como “estrictamente confidencial”, la NSA describe cómo espió a la representación diplomática de la UE en Washington.

Para llevar a cabo las actividades de espionaje se habrían utilizado micrófonos instalados en el edificio y realizado infiltraciones en la red informática que le permitían leer los correos electrónicos y los documentos internos.

De esta manera se vigiló a la representación de la UE en la ONU, según estos documentos en los que los europeos son calificados de “objetivos a atacar”.

La NSA llegó a extender sus operaciones hasta Bruselas. Hace “más de 5 años”, escribe Der Spiegel, los expertos en seguridad de la UE descubrieron un sistema de escucha en la red telefónica y de internet del edificio Justus-Lipsius, sede principal del Consejo de la Unión Europea, que alcanzaba hasta el cuartel general de la OTAN en las afueras de Bruselas.

En 2003, la UE confirmó el descubrimiento de un sistema de escuchas telefónicas de los despachos de varios países, entre ellos el de España, Francia, Alemania, Reino Unido, Austria e Italia.

Estos micrófonos habrían sido colocados en las cabinas de los traductores durante la construcción del edificio que actualmente alberga al Consejo de Ministros de la UE en Bruselas, en 1993 y 1994. Por tanto, resulta difícil saber si se trata del mismo caso del que habla Der Spiegel.

Diez años después, la investigación de la justicia belga no arrojó ningún resultado concreto. En 2011, el “Comité R”, que controla los servicios de inteligencia belgas, denunció una investigación llevada a cabo “de manera bastante informal y más bien desordenada” y reveló que “la jerarquía del Consejo” europeo de aquel momento no mostró prisa porque el caso fuera resuelto.

El Spiegel sustenta estas acusaciones en documentos confidenciales que pudo conocer gracias a las filtraciones del ex consultor estadounidense de la NSA, Edward Snowden, reclamado por la justicia de su país.