La Suprema Corte de Estados Unidos invalidó este martes parte de la Ley de Derechos Electorales, que busca evitar la discriminación racial en estados con pasado segregacionista.

El máximo tribunal decidió por 5 votos contra 4 que la Sección 4 de la ley de 1965 era anticonstitucional, y llamó al Congreso a redefinir cuáles son los estados que deben buscar la aprobación del gobierno federal para realizar cambios en sus propias normas electorales.

“Nuestra decisión de ninguna manera afecta la prohibición permanente y a nivel nacional de discriminación en elecciones”, dijo el titular del alto tribunal, John Roberts, al dar la opinión de la mayoría.

La Ley de Derechos Electorales -que fue renovada por el Congreso en 2006- es rechazada por varios estados que la consideran anacrónica, aunque una cantidad de organizaciones defensoras de los derechos civiles estiman que sigue siendo necesaria.

La norma estipulaba que nueve estados, mayoritariamente sureños, y gobiernos locales de otros siete estados debían pedir autorización al Departamento de Justicia para realizar cualquier cambio en sus normas electorales.

El caso llegó a manos de la Suprema Corte meses después de la reelección del primer presidente negro en la historia de Estados Unidos, algo que los críticos ponían como evidencia de que la ley ya no era necesaria.