Muchos tienden a guardar piedras con colores o formas extrañas que se encuentran en un río, por ejemplo. Pero ¿cuantos conocen realmente el origen de esa particular adorno que tienen en sus casas?

Es el caso de Phil Green, quien paseaba un día por la ribera del río Merrimack en Massachusetts cuando le llamó la atención una pequeña roca verde que se distinguía de todas las demás.

La llevó a su casa y la dejó en su jardín. Allí estuvo 6 largos años hasta que un amigo le preguntó por qué tendrá esa forma y color, decidiéndose a investigar, según contó al sitio CNet.

Le favoreció la casualidad de que su cuñada tenía un amigo que trabajaba para la NASA. Phil no podría creerlo: su querida piedra cayó del cielo y nada menos que de la estructura de la agencia espacial rusa MIR.

La pionera estación que alojó a personas en el espacio exterior fue lanzada en 1986 y en 2001 fue destruida de forma controlada, cayendo sus partes al Océano Pacífico.

Sin embargo y sin saber cómo, una pequeña pieza fue a dar a un río de Massachusetts y quien sabe cuantos de sus restos estarán diseminados por el mundo.