La coincidencia de los relatos de las pequeñas víctimas es la principal evidencia que pesa sobre el ejecutivo del Banco Central, Enrique Orellana, condenado por la violación retirada de sus tres hijas.

Este lunes, la Sala Penal de la Corte Suprema resuelve si confirma o anula la sentencia que le aplicó 60 años de cárcel por atacar a las niñas cuando tenían 3, 4 y 9 años de edad.

Orellana había sido absuelto en un primer juicio, pero la fiscalía pidió la nulidad, que fue concedida por la Corte de Apelaciones de Santiago, y en una segunda instancia, el 20 de abril pasado, recibió esta pena del Cuarto Tribunal Oral capitalino.

En forma unánime sus jueces dictaron la condena “sin que exista ninguna duda razonable” de la responsabilidad del hasta ahora gerente de Estrategia y Comunicación de Política Monetaria del Banco Central.

El argumento central de los jueces es la “coincidencia del relato” de las tres menores, ya que ubican las dos viviendas donde fueron violadas, las fechas, desde la separación de sus padres el 2009 hasta mediados del 2010, y describen de igual manera la agresión de la que fueron víctimas.

Por lo anterior, Fernando Monsalves, abogado de la madre de las niñas, dijo estar tranquilo, aunque se ordene un tercer juicio, por la contundencia de la prueba.

Francisco Cox, el abogado defensor del ejecutivo, insistió que hay evidencias manipuladas contra su cliente.

Orellana se encuentra bajo detención preventiva en la Cárcel de Alta Seguridad y suspendido de su cargo en el Banco Central, sin goce de sueldo.