Una asesora del hogar chilena acusó a una pareja de socialités por haberla mantenido como una esclava en Estados Unidos.

Felicitas del Carmen Villanueva Garnica conoció al matrimonio compuesto por la diseñadora gráfica chilena Malu Custer Edwards y Micky Hurley en Chile, donde según ella, se portaron muy bien. Sin embargo, llegando a Estados Unidos, la situación habría cambiado por completo.

Con el sueño de poder ganar el suficiente dinero para ayudar a su anciana madre a construir un pozo de agua potable en Chile, Villanueva accedió a viajar a Estados Unidos con la pareja y trabajar como “nana”.

Pero en el extranjero, empezó la pesadilla de la mujer, incluso desde el día del viaje, porque salió del país con un pasaporte ilegal adquirido por la familia, razón para mantenerla como una esclava, afirma ella.

“Los niños me abofeteaban y golpeaban a diario”, relata la mujer. Entre estas agresiones, una vez el más joven de ellos la habría llegado a golpear con una silla.

Como intuía que no iban a creer en sus palabras, la mujer comenzó a tomar fotografías de sus heridas.

La agresividad de los niños crecía cuando tenían apetito, y es que la madre, según Villanueva, compraba alimentos sólo en pequeñas cantidades. “El desayuno era por lo general un pequeño vaso de leche y un trozo de pan”, acusa.

Sin embargo, indicó Felicitas, la pareja, que pertenece a prominentes familias chilenas, gastaba gran cantidad de dinero en ropa, cenas y artículos personales.

Después de dos meses soportando los maltratos, Villanueva pidió que se le permitiera volver a casa, pero la solicitud fue negada. “Me dijeron que había firmado un contrato, pero me trajeron aquí para maltratarme” dijo la mujer a The New York Post. “Ellos me decían que no tengo ningún derecho”.

Un día creyó que su pesadilla iba a terminar, cuando le dieron un día de descanso, y aprovechó de dirigirse al Consulado de Chile. Pero al ser feriado en Estados Unidos, estaba cerrado.

Entre la rabia y el dolor, ingresó a una tienda donde uno de los empleados escuchó su historia, instándola a buscar ayudar. En ese instante se puso en contacto con una organización sin fines de lucro llamada “Safe Horizon”, pero esto ocurrió un mes antes de que ella decidiera escapar.

El 14 de marzo de 2011 Felicitas Villanueva tomó la determinación de dejarlo todo y huir, pues ese día fue golpeada con la puerta de un refrigerador. “Caí al suelo, me golpeó muy duro”, recordó. “Tenía miedo de perder la conciencia y le dije que no iba a tolerar más esto”.

Fue así como salió sin ninguna de sus pertenencias, subiéndose a un autobús sin dinero y destino fijo. “Llamé al 311 y un operador me orientó para llegar a Safe Horizon”.

Finalmente la mujer, que sufre de hipertensión, pudo ver a un médico, pues en la casa de la pareja no se le permitía, según ella, llenar sus medicinas.

El diagnóstico del especialista fue encefalitis, síndrome de estrés post-traumático y pedofobia, o miedo a los niños.

Pese a los desmentidos de Edwards y Hurley, el Departamento de Trabajo de Nueva York ordenó a la pareja pagar a Villanueva $6.302 dólares (más de 3,1 millones de pesos) en salarios atrasados en 2011.

Aún en Manhattan y a la espera de una visa, Felicitas todavía espera poder reunir dinero para volver a Chile a estar junto a su madre.

Nicholas Hunt/PatrickMcMullan.com

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