El ex Presidente sudafricano Nelson Mandela, de 94 años, ingresado en un hospital de Pretoria por una grave infección pulmonar, se encuentra un poco mejor, anunció el miércoles el presidente Jacob Zuma.

“Me alegra informar que Madiba responde mejor al tratamiento desde esta mañana”, declaro Zuma, refiriéndose con afecto a su ilustre predecesor, como la mayoría de los sudafricanos, con su nombre de clan.

“Nos alegramos mucho por el progreso que está haciendo, después de la dificultad de los últimos días”, añadió Zuma, quien se expresaba ante el Parlamento de Ciudad del Cabo con motivo de la votación del presupuesto de la presidencia.

Se trata de la primera noticia positiva desde la hospitalización del héroe nacional el sábado por la mañana. Las autoridades sudafricanas repetían hasta ahora que el estado de Nelson Mandela, calificado de “grave” -e incluso de “muy grave” por Zuma-, seguía “estable”.

“Estoy seguro de que, conociéndolo como lo conozco, es un gran luchador y estará con nosotros muy pronto”, había declarado el martes por la noche Zuma, en una entrevista a la televisión pública SABC.

El presidente sudafricano también rindió homenaje el miércoles al combate de Mandela, condenado hace 49 años junto a otros siete militantes anti-apartheid a cadena perpetua.

“Gracias a su sacrificio y a las bases que se colocaron para una Sudáfrica libre y democrática, nuestro país es un lugar mucho mejor en el que vivir a lo que era antes de 1994, aunque todavía tenemos mucho trabajo por delante”, dijo.

El ambiente hasta entonces había sido más bien pesimista en Sudáfrica.

Incluso el arzobispo anglicano Desmond Tutu, quien como Mandela recibió el premio nobel de la paz para su combate en contra del apartheid, reza ahora por el “confort” de su amigo. Y por su restablecimiento.

Al igual que los días anteriores, los allegados del gran hombre desfilaron el miércoles por el Mediclinic Heart Hospital de Pretoria donde fue admitido. Entre ellos, su esposa Graça Machel, su hija Zenani y varios nietos.

En su primer mensaje desde su hospitalización, la familia se mostró el miércoles “profundamente emocionada” por los rezos y los mensajes de apoyo recibidos desde Sudáfrica y el mundo entero.

También se declaró “satisfecha” por el tratamiento recibido y dijo “compartir la esperanza de todos por que Madiba se recupere”.

Balcones alquilados por la prensa

La entrada del hospital está resguardada por la policía, mientras que periodistas venidos del mundo entero acampan en los alrededores. La asociación de la prensa extranjera incluso pidió a las autoridades -sin éxito- la instalación de unos baños móviles y el suministro de agua.

Medios de comunicación extranjeros alquilaron balcones de los apartamentos vecinos, según la SABC.

El martes se cumplieron 49 años de la condena de Mandela en 1964 por conspirar para deponer el gobierno racista del apartheid. Un día después fue condenado a cadena perpetua en la isla-prisión de Robben Island, frente a las costas de Ciudad del Cabo, antes de ser trasladado a la cárcel de Pollsmoor, donde contrajo tuberculosis.

Durante sus 27 años de cárcel Mandela se convirtió en un icono en la lucha contra el apartheid.

Los sudafricanos viven este nuevo problema de salud de Mandela con la resignación de saber de que el final de su héroe, el primer líder negro del país tras las primeras elecciones democráticas de 1994, puede estar cerca.

Mandela ha tenido problemas pulmonares recurrentes desde que se le diagnosticó tuberculosis en 1988. Esta el la cuarta hospitalización desde diciembre.

Hace dos meses, el ganador del Premio Nobel de la Paz, que cumplirá 95 años el próximo mes, recibió el alta tras ser tratado por una neumonía.

En diciembre le retiraron cálculos biliares tras recuperarse de una infección pulmonar. En marzo volvió de nuevo al hospital para someterse a un chequeo antes de ser internado a finales de ese mes durante diez días.

A finales de abril, el presidente Zuma y los principales jerarcas del partido en el poder, el Congreso Nacional Africano (ANC), fueron fotografiados con un Mandela que parecía extremadamente debilitado en su hogar de Johannesburgo.

No tardaron en llegar las críticas por esta foto al considerar que el dividido partido buscaba réditos políticos y aprovecharse del prestigio del héroe sudafricano.

La última vez que Mandela apareció en un acto público fue en la final de la Copa Mundial de Fútbol en Sudáfrica, en julio de 2010.