En Penco, grupos juveniles y ciudadanos comienzan a organizarse contra el megaproyecto Octopus, que considera un terminal marítimo flotante en la Bahía de Concepción para inyectar gas natural al gasoducto del pacífico.

La iniciativa significaría el regreso de este combustible a la zona, y actualmente se encuentra en evaluación ambiental. Se estima una inversión de 150 millones de dólares.

El terminal flotante se ubicaría frente a Lirquén, y tendría una conexión submarina a Penco para luego empalmar con el gasoducto ya existente.

Sin embargo, la participación ciudadana asociada al estudio de impacto ambiental ya está reflejando el rechazo categórico de una parte de la comunidad.

Mario Cabrera, uno de los representantes de Penco Ecológico, dijo que es necesario que la gente en la comuna se informe de lo que está pasando.

Según los jóvenes, aún antes de que el proyecto fuera ingresado al sistema de impacto ambiental, el consorcio dueño ya había contactado a varias organizaciones de pescadores y buzos de la comuna, con los que llegó a acuerdo.

Para Loreto Gangas, otra de las voceras de Penco Ecológico, el gobierno se equivoca cuando opina que esto dará mayor dinamismo a nuestra economía, con un impacto mínimo a la población, y bajará el costo de la energía.

El proyecto contempla una segunda etapa, que es la inyección de gas natural a una central termoeléctrica de ciclo combinado que se levantaría en Bulnes.

Este sábado se ha organizado en la comuna una gran manifestación ciudadana contra la termoeléctrica. Allí también estará presente Penco Ecológico.