Una exposición precoz al bisfenol A (BPA) podría alterar el esmalte de los dientes, según un estudio del Instituto francés de la Salud y la Investigación Médica (INSERM) realizada con animales.

Los incisivos de los ratones tratados con bajas dosis diarias (5 microgramos/kg/día) de BPA -químico presente en plásticos y revestimiento de latas de conservas- pueden sufrir alteraciones, muestran los investigadores del INSERM cuyos trabajos han sido publicados en la revista especializada American Journal of Pathology.

Este efecto se observa en un periodo inferior a los 30 días de vida en los ratones.

Estas alteraciones presentan numerosas características comunes con una patología del esmalte de los dientes recientemente descrita, la “MIH” o “Hipomineralización molares-incisivos”, que afecta en torno al 18% de los niños de 6 a 8 años.

Los pequeños afectados por esta patología tienen dientes hipersensibles al dolor y padecen caries.

El periodo de formación de estos dientes (primeros años de vida) corresponde al periodo en que el individuo es más sensible al bisfenol A, dice el INSERM.

Asimismo, el análisis de proteínas de la matriz de los dientes de los ratones ha demostrado un aumento de la cantidad de enamelina, una proteína clave del esmalte en formación, y de la acumulación de albúmina que se traduce en la hipomineralización. Además, se ha puesto en evidencia que hay dos genes, la enamelina y la calicreína 4, que son blanco del BPA.

“En la medida en que el BPA tendría el mismo mecanismo de acción tanto en el ratón como en el hombre, podría ser un agente causal del MIH”, según Sylvie Babajko, directora de investigación del INSERM, coautora del estudio.

Por tanto, los dientes podrían ser utilizados como marcador precoz de exposición a las alteraciones endocrinas que actúan como el BPA y ayudaría a diagnosticar patologías pesadas que aparecen años después, agrega la investigadora.

El bisfenol A (BPA) es un compuesto químico que se halla en la composición de plásticos y resinas. Se utiliza en la fabricación de recipientes alimentarios como las botellas y los biberones. También hay en las películas de protección en el interior de botellas y latas de conservas o en los tickets de compra donde se utiliza como revelador.

Estudios recientes han mostrado que este compuesto industrial tiene efectos nefastos en la reproducción, el desarrollo y el metabolismo de los animales de laboratorio y se sospecha que tiene los mismos efectos en el hombre, señala el INSERM en un comunicado.

Como medida de precaución, en Europa está prohibida la fabricación y la comercialización de biberones con bisfenol A desde enero de 2011. Esta prohibición se ampliará a todos los recipientes alimentarios a partir de julio de 2015 en Francia.