El mundo occidental se mostró muy asombrado por el estallido de protestas multitudinarias en todo el vasto territorio de Turquía. La prensa occidental así como los grandes medios y agencias noticiosas orientales, coincidieron en que las movilizaciones populares en todas las ciudades, han reunido centenares de miles de personas, cuya actitud, aunque enérgica y muy desafiante, en ningún caso revistió caracteres de violencia que justificara la represión brutal ordenada por el gobierno.

La verdad es que los europeos, Estados Unidos e Israel estaban atónitos. Para ellos Turquía era una carta de triunfo en el control del Oriente Medio, y el más poderoso sostenedor directo de los rebeldes en la guerra civil de Siria.

El estallido que pilló de sorpresa tanto a Israel como a la OTAN, se produjo en coincidencia con la dramática victoria final del ejército leal de Siria en la liberación de la ciudad de Qusair, ocupada durante varios meses por fuerzas rebeldes que habían instalado allí su principal plaza fuerte para sostener la guerra civil en la región central de Siria.

En tanto, la propuesta de diálogo de paz entre el gobierno sirio y la oposición, para buscar una solución pacífica al conflicto, se ha ido debilitando cada vez más. Primero, el inicio de las conversaciones se había fijado en los últimos días de mayo, pero debió postergarse a junio, y ahora los representantes de los rebeldes declaran que no acudirán a ningún diálogo, a no ser que Europa y Estados Unidos comiencen a enviar armas de alto poder para fortalecer la rebelión. Si no les mandan armas, no irán a ninguna negociación de paz.

¿Se está convirtiendo la estrategia de Estados Unidos en un monstruo de Frankenstein fuera de control? En su odio al gobierno de Siria, ¿está la OTAN armando justamente a los que odian a Occidente? La ruina económica de occidente, ¿traerá además una guerra generalizada y muchísimo mayor?… Las señales y los nubarrones oscuros se acumulan en el cielo del futuro.

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