Una “falla burocrática” de la gobernación de Rio de Janeiro puso en peligro el jueves el amistoso de este domingo entre Brasil e Inglaterra en el Maracaná, luego que un tribunal suspendiera partido por considerar que el estadio no presentaba seguridad suficientes para el público.

La decisión fue tomada a final de la tarde del jueves y revocada en horas de la noche, luego que la gobernación, propietaria del estadio, demostrara que toda las inspecciones estaban en regla.

“La juez de guardia del tribunal de Rio de Janeiro revocó el fallo que suspendía el juego Brasil-Inglaterra el 2 de junio en el Maracaná”, indicó un comunicado.

El gobierno apeló el fallo y presentó “la inspección de la Policía Militar que comprueba el cumplimiento de todas las reglas de seguridad en el Maracaná”.

“El informe no había sido entregado a la Suderj (Superintendencia de Deportes del estado de Rio de Janeiro) por una falla burocrática”, reiteró.

La jueza había hecho lugar a una solicitud de la fiscalía que indicaba que hasta el momento no había pruebas de que el estadio cumplía “los requisitos mínimos necesarios para la realización de juegos o eventos”.

“La decisión no tiene sentido”, estimó la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). “El departamento jurídico dice que todos los laudos necesarios fueron emitidos y serán enviados a la jueza”, añadió.

El Maracaná, sede de la final de la Copa Confederaciones y del Mundial-2014, recibirá una multitud de 74.000 personas el domingo en lo que será la segunda prueba del estadio, tras su reapertura el pasado 27 de abril, luego de una millonaria reforma de dos años y medio.

“El estadio está 100% listo para recibir al ciudadano brasileño y listo para la Copa Confederaciones”, dijo el secretario del Deportes del estado de Rio, André Lazaroni, a radio Tupi.