Las tropas de Bashar al Asad y sus aliados del Hezbolá chiita libanés estrechaban el viernes el cerco de Quseir, en el oeste de Siria, aunque la oposición aseguraba que numerosos milicianos lograban llegar hasta esa estratégica ciudad rebelde para reforzar la resistencia.

Unos mil combatientes, muchos de ellos próximos a los Hermanos Musulmanes, se unieron a los rebeldes que luchan por el control de la ciudad de Quseir, dijo la oposición siria este viernes.

“Unos 1.000 combatientes de toda Siria” penetraron en el bastión rebelde cerca de la frontera libanesa, informó a la prensa el líder interino de la opositora Coalición Nacional Siria, George Sabra, en Estambul.

Liwa al-Tawhid, un grupo armado respaldado por Catar y próximo a los Hermanos Musulmanes, anunció en su página de Facebook que sus combatientes alcanzaron la ciudad sitiada.

“Cientos” de rebeldes rompieron las líneas del ejército cerca del pueblo de Shamsin, en el nordeste de Quseir, tras perder a 11 combatientes, según Rami Abdel Rahman, director del opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido.

Días antes, Sabra había llamado a los combatientes rebeldes a acudir a Quseir y a organizaciones de asistencia, como la Cruz Roja o la Media Luna Roja, a crear un corredor humanitario para los civiles atrapados.

Según la televisión pública siria, tropas de Asad y del Hezbolá conquistaron el distrito de Aryun (norte de Quseir) el jueves, dejando pocas posibilidades de escaparse a los rebeldes presentes en la ciudad.