La mandataria argentina Cristina Kirchner negó que se avecine un fin de ciclo en el país al celebrar diez años de la gestión que inició su marido, el fallecido Néstor Kirchner (2003-2007) y llamó a defender los avances en materia social y económica durante un festejo popular este sábado en la Plaza de Mayo de Buenos Aires.

“Quiero convocar a todos a que a esta década ganada le siga otra década más. Yo no soy eterna ni lo quiero ser, es necesario empoderar (sic) al pueblo de estas conquistas para que ya nadie pueda arrebatárselas”, dijo ante una multitud que colmó el histórico paseo frente a la sede gubernamental.

Kirchner advirtió que “si no se organizan, si no participan ustedes mismos para defender lo que es de ustedes, van a venir otra vez por todos ustedes como lo han hecho a lo largo de toda la historia”.

“Mi desvelo, mi obsesión es que esta sociedad se organicen en forma unida, solidaria y comprendan dónde están sus verdaderos intereses”, dijo.

Kirchner fue la única oradora en un festejo que comenzó poco después del mediodía y prosiguió hasta el anochecer e incluyó la presentación de varios artistas, entre ellos el trovador cubano Silvio Rodríguez, los brasileños O Paralamas, y el argentino Fito Paez acompañado por la orquesta filarmómica de Venezuela.

El gobierno le dio a la celebración un tinte patriótico porque coincidió con la conmemoración del 203 aniversario de la Revolución de Mayo de 1810, que dio paso al primer gobierno patrio.

El histórico paseo público fue colmado por miles de seguidores y militantes del partido gobernante llegados en su mayoría desde la poblada periferia de la capital.

La céntrica Avenida de Mayo lució repleta de banderas argentinas y de carteles donde, bajo el lema “igualdad y justicia”, se destacaron los logros que se atribuye el gobierno, entre otros, un inédito crecimiento económico, cinco millones de nuevos empleos y planes sociales como un subsidio denominado Asignación Universal por Hijo, que le llega a casi cuatro millones de personas (10% de la población).

Alejandra Cerviño tiene 28 años y es madre soltera de dos niñas, una de 18 meses que lleva en brazos y otra de 3 años que dejó al cuidado de sus padres, con quienes convive; no tiene trabajo y recibe un subsidio de un plan social. Llegó junto a otros en decenas de autobuses que abarrotaron el centro de la ciudad para asistir a la convocatoria del gobierno.

“A mi Cristina (Kirchner) es la única que me ayudó, vivimos gracias al plan, si no ¿qué hacemos? En el barrio todos la apoyan. Néstor fue un grande, lo mató gobernar, pero Cristina es más fuerte y nos tiene a nosotros”, dijo Alejandra a la AFP.

Sin embargo la “década ganada”, como le gusta llamarla al gobierno, presenta luces y sombras que se traducen en una creciente inflación, el principal dolor de cabeza de Kirchner de cara a las legislativas de octubre, a mitad de su mandato, y que llega al 25% anual según datos privados y al 10% según cuestionadas cifras oficiales.

En un esfuerzo por mantenerla a raya, el gobierno pidió a sus seguidores colaborar en un control de precios.

“A mi no me parece una década ganada. Al principio todos estábamos felices como en la época de (la presidencia de Carlos) Menem (1989-99), pero ahora… cada vez nos parecemos más a Venezuela, lo que pasa es que allá están sentados en un trono de petróleo y acá la soja no da”, dijo a la AFP Alberto Condes, un portero de 65 años.

En torno a la Plaza de Mayo proliferaron los vendedores de cotillón patriótico. Entre ellos Sergio Lomato, de 42 años, puso su puesto en una esquina estratégica con banderas y gorros que llevan la imagen de Cristina.

“La gente está contenta con este gobierno, ¿por qué no va a festejar? Digo el pueblo, no los que están locos con el dólar. A los laburantes (obreros) no les importa el dólar porque ¿qué van a comprar?”, dijo Lomato a la AFP.

“¿Corrupción?… ¿y qué gobierno salió con las manos limpias?, el tema es que reparta, no?”, opinó Lomato sobre las denuncias de enriquecimiento ilícito que involucran a allegados al gobierno.