La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, inauguró este lunes el estadio Arena Pernambuco de Recife, el último de los seis que fue entregado para recibir la Copa Confederaciones en menos de un mes.

La mandataria dio el puntapié inicial e incluso marcó un gol a su ministro de Deportes, Aldo Rebelo, tras rematar un centro del gobernador de Pernambuco, Eduardo Campos.

Estaba previsto que el estadio, con capacidad para 46.000 personas, fuera inaugurado el 14 de mayo.

“(Estamos) cerrando el primer ciclo de estadios para la Copa”, dijo Rousseff en un acto oficial previo a su visita al Arena Pernambuco. “Somos capaces de entregar, en sociedad con la gobernación de Pernambuco, otro estadio de alta calidad”, añadió.

“Tenemos que mostrar que el país juega bien, que es capaz de hacer estadios, de cumplir sus compromisos con la FIFA y, dentro y fuera de él (el país), presentamos un fútbol de buena calidad”, siguió.

En el gramado, la mandataria mostró banderas y camisetas de los principales clubes locales frente a un público reducido, conformado por trabajadores del Arena Pernambuco e invitados del gobierno.

Para ello, sólo fue habilitado el anillo inferior de la tribuna.

El lunes se celebró, además, un primer partido de prueba entre dos equipos de obreros, que disputaron un encuentro que se extendió por 40 minutos (dos tiempos de 20). El juego terminó 1-0 a favor del equipo rojo sobre el azul.

“Muy emocionado, no tengo palabras para describir lo que siento”, dijo José Carlos de Santana Silva, autor del único tanto del partido.

En el Arena Pernambuco se celebrarán el choque entre Uruguay y España el 16 de junio, el Japón-Italia del 19, y el Uruguay-Tahiti del 23.